Todas las claves del cierre del Bar Pecero de Arahal

El cierre temporal del Bar Pecero de Arahal por problemas de insonorización ha provocado una intensa polémica en las redes sociales en la última semana. Vecinos, familiares y clientes del establecimiento han estallado en críticas contra el denunciante y el Ayuntamiento de la localidad para pedir, incluso, recogida de firmas y la convocatoria de una manifestación en contra de una decisión que les parece injusta. La familia denunciante ha recurrido al Defensor del Pueblo para que la administración local actuase en consecuencia asegurando que llevan trece años solicitando que se arregle la situación.

Como informa Carmen González en ABC, los propietarios del bar publicaron esta semana una nota en la red social de Facebook anunciando este cierre en la que califican de «duros momentos» por los que estaba pasando. Para ellos es «una verdadera tragedia» porque del negocio dependen económicamente tres familias. Informan en el escrito que el cierre se debe a la denuncia de un vecino que se queja de «ruidos y la actuación del propio ayuntamiento así nos lo ha hecho saber».

El cierre del bar se ha hecho efectivo la primera semana de agosto. Y, unos días después, los responsables del establecimiento subieron la nota explicativa a las redes pidiendo difusión. Hasta el momento, la publicación en la red social de Facebook se ha compartido más de 1.400 veces y tiene casi 250 comentarios, en los que critican, por un lado, la denuncia del vecino y, por otro, la actuación del ayuntamiento.

El Bar Pecero está ubicado al final de la calle Fuente de la Salud, en el popular barrio de El Arache, y lleva más de 30 años abierto. Es un establecimiento de comidas con horario de mañana y tarde, cierra antes de las doce de la noche y no dispone de terraza en el exterior, sólo un amplio local. Los vecinos y clientes lo califican de un «bar tranquilo, se come dentro y no hay bullas por lo que es difícil creer que hagan mucho ruido».

Se remiten a una nota informativa

La familia propietaria del establecimiento no ha querido hablar sobre el tema, limitándose a la nota informativa que colgaron en Facebook. Fuentes del entorno indican que, cuando llegó la primera inspección, realizaron la insonorización de una de las paredes del local, la que coincide con la vivienda del vecino denunciante, pero las denuncias han continuado en el mismo sentido.

Una de las críticas de los vecinos a esta actuación apunta que «si hubiera que mirar con la misma exigencia al resto de establecimientos de hostelería de Arahal, no quedaba ni uno abierto». Por lo que, en los comentarios hay clientes que se han preguntado «por qué el interés en este bar».

La familia denunciante vive pared con pared del establecimiento. Se queja de ruidos procedentes de «los aparatos de aire acondicionado, arrastre de sillas y mesas, rodajes de barriles, utilización de la entrada del bar como terraza, volumen alto de la televisión, golpes de la puerta metálica y de las ventanas». Antes del cierre temporal, una empresa de ingeniería ha realizado las mediciones de ruido calificando la afección en el interior de la vivienda del vecino como «grave» y al exterior (a la calle) como «muy grave».

Defensor del Pueblo

Ante la demora en la actuación en el asunto por parte del Ayuntamiento -presentaron la última denuncia en marzo de 2021- el denunciante acudió al Defensor del Pueblo (Q21/4912), institución que solicita hasta en tres ocasiones a la administración local informe sobre las irregularidades expuestas por el vecino, la última vez con carácter de urgencia para que respondieran en 15 días (fechada en marzo de 2021).

Esta familia explica que la primera denuncia por la falta de insonorización del establecimiento la interpusieron en 2009, aunque antes intentaron arreglarlo hablando con los propietarios. A raíz de esta primera denuncia, accedieron a realizar la única medida que se ha llevado a cabo en los últimos trece años, la de insonorizar la pared que colinda con su vivienda. Las molestias continuaron.

Acuerdo anterior

Según cuenta el denunciante, en estos años incluso han firmado un acuerdo amistoso en el que se comprometían a realizar distintas actuaciones en este sentido y que permitió que el vecino retirara esa primera denuncia. «Pasaron años sin que volviera a realizar ninguna actuación para seguir con la insonorización del establecimiento, y en este tiempo nos han mentido muchas veces, incluso dijeron que iban a cerrar el bar», explica la familia que asegura haber dado todos los plazos posibles porque comprenden lo costoso de la adecuación del local.

«Sólo queremos recuperar la normalidad y nos dimos cuenta de lo que significaba durante la pandemia, cuando cerraron». Y añaden que no es «solo un bar, hay un local de eventos donde celebran comuniones, bautizos, comidas de empresa algunas con DJ por lo que la música sigue durante la madrugada».

Por su parte, Carlos Díaz, concejal de Comercio, asegura que contactaron con los responsables del establecimiento hace año y medio, fecha en la que se solicitó tomar las primeras medidas para la insonorización del local. Sin embargo, una parte de los vecinos que critican el cierre del establecimiento cree que el Ayuntamiento ha actuado con celeridad en este asunto. Acerca de estas críticas, el edil asegura que «aquí no cabe opinión política», apuntando que solo se trata de «un tema técnico y jurista de cumplimiento de las leyes actuales».

Histórico

Díaz explica que «Bar Pecero es un bar que lleva muchos años funcionando y, de ahí, que la normativa autonómica y estatal haya evolucionado. En principio no es necesario aportar nueva documentación pero sí debe ir adaptándose a las normativas, para cada una tiene un periodo de actuación».

Por esta razón, concreta que el Ayuntamiento de Arahal contactó con los primeros meses de 2021 «pero hasta ahora no han realizado las actuaciones», razón por la que ha tenido que hacer efectivo el cierre temporal. «Me consta que ya están tomando las medidas para volver a abrir». El responsable de Comercio se ha reunido varias veces con la familia «y siempre le hemos explicado la situación y cómo se podía resolver».

El día del cierre, la familia propietaria del local comunicó que «era un día triste. Cerramos las puertas de nuestra casa, después de más de treinta años de lucha, de esfuerzo y de emprendimiento de una familia humilde». Los responsables del bar están realizando en estos días adaptaciones a esta normativa colocando puertas y ventanas de PVC multicierre e insonoras.

La polémica ha llegado a uno de los grupos de la oposición. El concejal del PP, Alberto Sanromán, ha pedido información al Equipo de Gobierno sobre las actuaciones con respecto a los establecimientos en la localidad y los criterios por los que se rigen.

Pero, sobre todo, el edil popular solicita una explicación sobre «por qué se actúa con más celo en unos expedientes que en otros». Y apunta que «cuando se suceden decretos de cese de actividad, cierre de bares, expedientes de disciplina, sancionadores por ocupación de veladores y falta de licencia, horarios o incumplimientos normativos en este sector, algo no funciona y no sólo debe funcionar la fuerza de la administración».