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Salud

Pablo, con solo seis años pero «demasiado mayor» para que la Junta le cubra sus terapias

Pablo es inteligente, muy inteligente. Despierto, muy despierto. Y para la Junta de Andalucía, es mayor, muy mayor. Y eso que solo tiene seis años, pero es la edad tope para que el sistema público de salud le cubra las terapias que necesita para ayudarle con su Trastorno Específico del Lenguaje.

Evidentemente, Pablo necesita las terapias. Hasta ahora, su tratamiento ha sido cubierto por el SAS y realizado en el hospital Victoria Eugenia de Sevilla, cubriendo la Junta el dinero necesario para que Pablo sea un adulto si ningún problema. Pero a partir de ahora, sus padres van a tener que sumir los 125-150 euros que cuesta cada terapia. Es así de sencillo: como Pablo es demasiado mayor para la Junta, es la economía familiar la que tiene que solucionar el problema ahora.

Cientos de niños con el mismo problema

Su madre es una sanitaria llamada Beatriz Alfonso, y ha querido que se sepa su historia, que no es solo la suya, sino la de cientos de niños y niñas con el mismo problema: cuando cumples seis años, las terapias dejan de estar cubiertas.

Es tan penoso que «si no tienes un mínimo del 33 % de minusvalía las terapias las tiene que abonar los padres. Y a lo mejor con sueldos bajos». Además, en mitad de la pandemia a alguien se le ha ocurrido que » si no tiene la discapacidad no te conceden la beca, que son 913 euros. Por cada terapia te conceden dos logopeda y psicología».

«Estoy indignada. Se puede dar el caso de que el niño esté perfecto y le den el alta a los 6 años, pero si el niño realmente lo necesitan, se le abandona», explica. Parece mentira, pero es así.

En terapia desde sus 17 meses

Beatriz lamenta que ahora no sabe qué va a pasar con su hijo. «Desde que tenía 17 meses va a cuatro terapias semanales, y ahora, de la noche a la mañana te abandonan, sin saber qué pasará con el futuro. Como madre he tenido que aprender a ser fuerte para que él aprendiera a señalar, a jugar, a relacionarse, a tirarme horas y horas al suelo para que me mirara… ¿Que pasará con Pablo y con todos los niños como Pablo».

Pablo, efectivamente, no es un niño normal. Es excepcional. Con tres años ya sabía leer, pero con seis se queda sin terapias. Sus padres no solo van a tener que apretarse el cinturón, sino que no saben cómo van a afectar estos cambios al niño. Puede que los padres de Pablo puedan asumir económicamente el reto, pero esa no es la cuestión, porque muchos padres como ellos puede que no tengan capacidad, y solo ellos saben la diferencia entre un niño con un retraso en el desarrollo bien tratado y otro que no.

Periodista corresponsal de la Agencia EFE, El Correo de Andalucía, eldiario.es... entre otros medios. Cubre principalmente Huelva y Sevilla en varios medios radiofónicos y prensa digital.

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