¿Cómo funcionan los probióticos? ¿Son realmente tan importantes?

¿Sabías que tu tracto intestinal está repleto de millones de microorganismos? Pues es cierto, y a esta flora se le conoce mayormente como microbioma. Está conformada por las diversas especies de bacterias y hongos que viven en el intestino humano, las cuales desempeñan un papel importante en muchas funciones corporales.

Las bacterias del microbioma ayudan a digerir los alimentos, regulan el sistema inmunitario, protegen contra otras bacterias que causan enfermedades y producen vitaminas, como las vitaminas B 12, tiamina y riboflavina, y vitamina K, necesaria para la coagulación de la sangre.

La buena salud depende del mantenimiento de una diversidad de microbiomas en el intestino, así como de una proporción adecuada entre las distintas especies. Algunos factores pueden alterar la composición saludable del ecosistema intestinal, como los antibióticos, las enfermedades, el estrés, el envejecimiento y los malos hábitos alimentarios o de estilo de vida. Un desequilibrio de las bacterias intestinales, llamado disbiosis, puede provocar una serie de enfermedades crónicas.

Para ayudarnos a mantener ese balance adecuado de microorganismos en nuestro tracto digestivo existen distintas herramientas. Una de las más conocidas es el consumo de alimentos probióticos. La principal ventaja de estos alimentos es que son capaces de introducir un gran número de bacterias vivas y beneficiosas en el sistema intestinal para restablecer el equilibrio adecuado.

Sin embargo, a la hora de elegir un probiótico, es importante entender que el número y la variedad de cepas difieren entre los productos. Los beneficios para la salud son específicos de cada cepa, y no todas las cepas son necesariamente útiles, por ello es importante estar al tanto de cuáles son los mejores probióticos para cada caso

Los beneficios de las diferentes cepas de probióticos

Los probióticos actúan «restableciendo» el microbioma del intestino después de que se haya alterado. Los siete géneros principales de organismos microbianos que más presencia tienen en los alimentos y productos probióticos son Lactobacillus, Bifidobacterium, Saccharomyces, Streptococcus, Enterococcus, Escherichia y Bacillus. Todas estas cepas tienen el potencial de tratar condiciones de salud específicas, pero no todas las cepas pueden tratar el mismo problema.

Por ejemplo, un estudio examinó el uso de probióticos en personas que tomaban un antibiótico y desarrollaban un efecto secundario llamado diarrea asociada a los antibióticos (DAA). El estudio concluyó qué cepas específicas de probióticos eran eficaces para tratar el trastorno.

Los resultados determinaron que iniciar el tratamiento con Lactobacillus rhamnosus GG o Saccharomyces boulardii en los dos días siguientes a la primera dosis de antibióticos ayudaba a reducir el riesgo de DAA… Si tu padeces DAA y tomas un probiótico que no contenga estas cepas, es posible que no notes ningún alivio en los síntomas.

Otros estudios examinaron la eficacia de los probióticos en el tratamiento de la dermatitis atópica (eczema), un trastorno inflamatorio de la piel que afecta hasta el 20% de los niños. Los resultados indicaron que los probióticos que contienen específicamente cepas de Lactobacillus redujeron la gravedad de la enfermedad en bebés y niños menores de tres años.

Una investigación más reciente llevada a cabo en China durante la pandemia demostró que el uso de probióticos en pacientes con COVID-19 también tiene efectos positivos. Algunos pacientes con COVID-19 que participaron en el estudio presentaban disbiosis intestinal; concretamente, niveles reducidos de Lactobacillus y Bifidobacterium. Los científicos del estudio recomendaron que los pacientes fueran tratados con probióticos para regular el equilibrio de la microbiota intestinal, lo que reduciría el riesgo de infecciones secundarias.

¿Cómo elegir el probiótico adecuado?

Puede parecer difícil dar con el alimento adecuado para cada necesidad, pero la realidad dice que no es necesario estar examinando constantemente qué tipo de cepas contiene cada alimento.

En general, elegir un probiótico de una fuente fiable y natural que contenga una amplia variedad de cepas es la mejor manera de garantizar su eficacia en general.