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Sociedad

Adiós a ‘Ruperto’, santo y seña del mosto lepero durante casi un siglo

«Cierra la tasca de Ruperto». Puede parecer un nombre más, pero los vecinos de la localidad onubense de Lepe se quedan desde ahora huérfanos de uno de los lugares clásicos desde hace casi un siglo.

Ruperto, en la calle Cervantes, era punto de encuentro en los últimos 90 años para degustar el mosto salido de sus lagares. Igual que en otros puntos de la localidad, cuando llegaba el otoño ir a Ruperto significaba probar un producto natural sin comparación. Ahora, José Luis, que lo ha gestionado los últimos 35 años, ha llegado a la jubilación. Como nadie parece que vaya a coger su relevo, ha llegado el momento del cierre.

El lagar de Ruperto, toda una pieza de museo.

En la España de los años 30, cuando Ruperto abrió sus puertas, supuso un acontecimiento, como lugar de esparcimiento y punto de consumo de un producto natural. Ahora, la calle Cervantes y el municipio pierden uno de sus valores, que forma parte además de una ruta que reúne a los zampuzos tradicionales, que es como se llaman a estas tascas por las que el tiempo no ha pasado a pesar del tiempo que llevan abiertas.

Una ruta para la historia

La llegada del mes de octubre hace que en las calles de la localidad onubense de Lepe se comience a percibir el aroma de la uva que poco a poco se va convirtiendo en vino. Pero no es un vino cualquiera, ni afectado por tecnologías que modifiquen su sabor, ya que lo que se elabora es el mosto bajo el mismo procedimiento que cuando Colón lo embarcó en sus naves o cuando Felipe II construyó las torres almenara que protegen el litoral andaluz, una de ellas en el mismo Lepe.

La calle Cervantes es punto de consumo de mosto hace 90 años.

Con el paso del tiempo, se han creado algunos zampuzos con un punto de modernidad, como Contreras, que sirve el mosto pero también acoge reuniones de los más jóvenes, a los que ofrece barbacoas para que ellos lleven la carne y celebren sus reuniones acompañadas del milenario mosto lepero.

El mosto en la literatura histórica

A lo largo de la historia, Lepe ha dado a conocer su vino en distintos foros, aunque quizá el más llamativo es el de los cuentos de Canterbury (Geoffrey Chaucer, siglo XIV). En el texto se cita explícitamente al mosto lepero. Este vino, en esa época, al igual que el que se elaboraba en la localidad de Moguer, era embarcado habitualmente en barricas para viajar a Inglaterra.

En el capítulo el ‘Cuento del Bulero’, Chaucer escribía hace siete siglos: “Nadie que esté bajo la influencia de la bebida sabe guardar un secreto: esto es indiscutible. Por lo que manteneos apartados del vino, blanco o tinto, no importa, y muy especialmente alejaos del vino blanco de Lepe que se vende en Fish Streets y en Cheapside. Pues de un modo misterioso este vino español parece contaminar los vinos que se crían cerca de él y de la mezcla se desprenden vapores de tal fuerza que, después de beber tres vasos, un hombre que se cree en su casa de Cheapside, se encuentra en España (no en la Rochela o en Burdeos, sino en la mismísima villa de Lepe) repitiendo: Sansón, Sansón”.

El vino mosto de Lepe se embotella para que los turistas se lo lleven a casa.

Pero hay más. Curiosamente, la historia ha ido uniendo a las clases en torno al mosto. Antaño los hombres adinerados se reunían en las cantinas y los de un nivel social más bajo en los zampuzos para charlar y beber vino. Pero con el tiempo, los zampuzos han ido atrayendo la curiosidad de todos. Conservan tradiciones como la pisa de la uva en el propio establecimiento a finales de septiembre, y verlo en vivo es todo un espectáculo.

Recorrido para los turistas

Para facilitar a los turistas la visita a los zampuzos tradicionales, se puso en marcha algo original. La Oficina de Turismo del Ayuntamiento de Lepe creó en su día una ruta donde se encuentran los cinco establecimientos que la componían entonces –El Rata, Ruperto, Contreras, Er Purga y Romera. Este documento cuenta la historia de los vinos de Lepe y el origen de estos establecimientos tradicionales. Narra los pasos para la elaboración de vino y las características de los zampuzos que siguen abiertos en el municipio.

La ruta de los zampuzos está señalizada. Cuenta con carteles en las calles que indican a los visitantes la forma de llegar a los establecimientos. Sus propietarios y el Consistorio han conseguido convertir al antiquísimo mosto en uno de los reclamos de la localidad. Son un museo viviente que merece la pena visitar.

Periodista corresponsal de la Agencia EFE, El Correo de Andalucía, eldiario.es... entre otros medios. Cubre principalmente Huelva y Sevilla en varios medios radiofónicos y prensa digital.

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