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Arahal

Una moción de censura es como la comida china

Fermín Cabanillas, director de AION Sur.

No falla. Siempre que se presenta una moción de censura para desalojar a alguien de una alcaldía se cumple el mismo guion: los que van a perder el sillón acusan a los otros de estar haciendo algo ilegítimo, muy chungo y desagradable, y los que van a ganar el sillón argumentan que vienen a solucionar todos los problemas que hay por delante y nadie quiere arreglar.

En Arahal se está cumpliendo todo a rajatabla, incluso con la participación de los habituales actores secundarios, que en esta ocasión son Manuel Lay, el coordinador provincial de IU, que acusa a PP y PSOE de ser unos «mercenarios», mientras que en el PSOE provincial, en un comunicado sin firma, amenazan a sus concejales de ser expulsados del partido si siguen adelante.

Al PSOE no le molesta en absoluto que se pacte con el PP. El postureo en este caso tiene más que ver con acuerdos a nivel provincial que locales, pero sobreactúa todo lo posible para que se muestre un enfado público que en privado seguro que no es para tanto.

Aquellos pactos en la lejana Sevilla

Izquierda Unida dice que pone por delante a Arahal por encima de todo, pero en los pactos para que la alcaldesa fuese investida en 2023 se habló de cuestiones provinciales, como apoyos en la Diputación. La alcaldesa ironiza con que el acuerdo de la moción de censura se firmó en un notario en Sevilla, no en Arahal, pero fue también en la capital andaluza donde se gestó su nombramiento en el cargo. La política, como todo, hay que analizarla leyendo entre líneas.

En otro de los capítulos de esta novela también tienen todos razón. La alcaldesa apela al apoyo que tiene del pueblo (es la lista más votada), pero PSOE y PP suman más votos que IU. Desde este partido se apela a que los ciudadanos votaron IU-PSOE como mayoría (alianza de izquierdas), pero quién sabe lo que a cada uno le ronda por la cabeza cuando echa su papeleta en una urna.

Es decir, que esta moción de censura, como todas, es como la comida china: o la quieres o la odias. Al final, el 22 de mayo a las 12.00 del mediodía será cuando se debata. La alcaldesa apela a que el pueblo se pronuncie, aunque ya se pronunció en las urnas y le dio a ella el apoyo más alto de los partidos que se presentaban. Evidentemente, apela a una movilización social que dibujará el papel de cada moción de censura: mucha gente en el Ayuntamiento el día que se debata, algunos gritos, algún enfrentamiento verbal entre la gente, y al día siguiente el nuevo alcalde (si la moción sale adelante) empezará a trabajar y saldrá el sol de nuevo. Como en todas las guerras, gente que se conoce mandará a pelear por ellos a gente que no se conoce. Otro guion que no falla.

Aquel hombre desconocido

En las elecciones municipales de 2019, un entonces teniente de Alcalde dijo una frase lapidaria en un colegio electoral en Arahal: «Vamos a ver poco a Sanromán por aquí». Sanromán era el candidato del PP. Tenía cero concejales, aquel día consiguió uno, y en 2023 subió a tres. El día 22 se puede convertir en primer teniente de Alcalde. Aquel político, hoy alejado del escaño, tuvo una vista de lince.

Que Izquierda Unida se dio un batacazo en las urnas en 2023 es evidente. La alcaldesa tiene apoyos, muchos, pero la jugada del anterior alcalde de irse de la política antes de lo que los ciudadanos le habían mandado, desoyendo el mensaje de las urnas, y fabricar una candidata durante un año no le salió ni medio bien. Pero el PSOE tampoco puede presumir de haber asumido el mandato popular, porque no consiguió hacerse con los votos que IU perdió, que, por alguna causa del destino electoral, fueron a parar al PP.

Con todo, ¿observan en este artículo de opinión que haya favoritismo a un lado a otro en este asunto? Evidentemente, alguna mente con demasiado tiempo libre lo encontrará, pero tras muchos años trabajando y analizando la información local, la conclusión es que sea fea o guapa, una moción de censura es totalmente legal, y que las dos partes tienen razón cuando se quejan o la alaban.

Aquellos ejemplos para todos

Los partidos lo saben, y si quieren que deje de existir lo que tienen que hacer es cambiar la Ley electoral. Gracias una moción de censura llegó Pedro Sánchez a la presidencia del Gobierno e Izquierda Unida tuvo presencia ministerial. Gracias a una moción de censura el PP gobierna en Benacazón, por ejemplo. Es tan legal como ser elegido alcalde, consejero o ministro y largarse a casa o a otro cargo cuando conviene electoralmente o se quiere cambiar de vida, saltándose a la torera lo que han votado los ciudadanos. Lo hizo Pablo Iglesias en su cargo de eurodiputado, lo hizo el anterior alcalde de Arahal y lo acaba de hacer la consejera de Agricultura. Menos sobreactuación, por favor.

Al final, el día 23 amanecerá y Arahal seguirá funcionando. La alcaldesa tendrá ahora tres años en la oposición para intentar volver al sillón en 2027, o antes, si es capaz su partido de convencer al PSOE de que la apoye en una hipotética moción de aquí a unos meses. Cosas más raras se han visto.

Periodista corresponsal de la Agencia EFE, El Correo de Andalucía, eldiario.es... entre otros medios. Cubre principalmente Huelva y Sevilla en varios medios radiofónicos y prensa digital.

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