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Educación

Un instituto de Arahal reúne a héroes de la vida

Un instituto de Arahal reúne a héroes de la vida. Y lo hace en una mesa redonda dentro de un programa de actividades del proyecto Erasmus ‘Derribemos todas las fronteras’

Cuando a Francisco Bohórquez lo invitaron a participar en una mesa redonda del IES Al-Ándalus de Arahal tenía claro que hablaría para muchos jóvenes empezando a vivir, que no tienen ni idea de lo que es pasar por lo que él ha pasado. Por eso, empezó a contar su historia sin prisas pero sin pausa, recalcando cada una de sus palabras. Son los últimos años de su vida que le cuesta explicar sin que se le rompa la voz en más de una ocasión. Y es lo primero que advierte antes de empezar. Porque su lucha se ha basado en sobrevivir pero también en disfrutar de lo que en ese momento tenía: su familia.

Su charla empezó el día que con tan solo 37 años le diagnosticaron una leucemia. Era trabajador del sector de la construcción, estaba casado y tenía dos hijas, de 2 y 4 años de edad. Tuvo que someterse a tratamiento porque de sus 5 hermanos ninguno era compatible para poder trasplantarle la médula. Un periplo ya conocido por los enfermos de cáncer. Hospitales, caída del pelo, días malos y menos malos. Y todo sin querer que sus hijas supieran que estaba enfermo.

Se quedó ciego en tan sólo 24 horas

Y solo fue una de las primeras pruebas que tuvo que pasar este luchador arahalense. La segunda vino tres años después, cuando ya estaba «limpio» de su enfermedad.  Se quedó ciego en menos de 24 horas. “Fue el día 1 de mayo, me levanté y me puse a lavar el coche, por la tarde empecé a ver turbio y me fui para el hospital”. Por la mañana sólo veía bultos y, por la tarde, todo negro. Y aún así no se rindió porque Francisco convirtió las piedras que encontraba en el camino en una escalera para seguir subiendo.

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Es por eso que dijo delante del alumnado del IES Al-Ándalus: “nunca digo que he perdido la vista sino que he ganado una ceguera”. Cuatro meses estuvo con una rehabilitadora de la ONCE aprendiendo de nuevo a andar sin ver, a moverse por su casa y a leer en braille. Con este espíritu, realizó un curso de mimbre en el Ayuntamiento y monta canastas de este material con maestría y perfección. Y su situación no le ha impedido ir de viaje, al teatro o a los partidos de fútbol.

“Ayudo a mi mujer en la casa y voy al fútbol, en el campo me pongo los auriculares para oírlo por la radio y, cuando marcan un gol, soy el primero en disfrutarlo”. Con firmeza explicó al alumnado que hay que tomarse la vida tal como viene y estar dispuesto a enfrentarse a las adversidades para convertirlas en sus aliadas.

No quiso terminar su reivindicación sin dejar claro, como si después de la exposición hubiera quedado alguna duda, que para nada se siente incapacitado y mucho menos minusválido. “Todas las personas somos válidas, hay que dejar de decir esa palabra”.

Después de Francisco aún quedaban por participar otros cuatro «héroes de vida». La actividad, organizada por el instituto arahalense, se enmarca en un proyecto de Erasmus ‘Let’s pull down all barriers’ (Derribemos todas las fronteras) en el que intervienen centros educativos de Italia, Grecia, Rumanía y Lituania. Desde Arahal querían presentar cinco historias de superación e integración.

Primer campeón de Andalucía de atletismo, con diabetes

Continuó Juan Diego García contando que padece diabetes. Pero la enfermedad no le ha impedido ser un ejemplo de superación para el centro donde estudia. Porque la diabetes no le ha impedido seguir practicando este deporte que guía su vida. Entrenamientos diarios y competiciones cada fin de semana. Por sus cuidados y su esfuerzo ha conseguido ser el primer campeón de atletismo en Andalucía con esta enfermedad y lo lleva a gala.

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Lamira Ali Lehbib es otra alumna del instituto que siguió contando a sus compañeros presentes cómo fue su llegada a España desde los campos de refugiados saharauis.

Una familia de Arahal la acogió dentro del programa ‘Vacaciones en paz’  y se quedó para tener una oportunidad de estudiar y vivir en mejores condiciones. Tuvo que superar las barreras del idioma, que ahora habla perfectamente, y las de una nueva cultura. Vuelve cada verano a su tierra para ver a su familia. Y no quiere despedirse sin recordar a sus compañeros la suerte que tienen e insistirles en que la disfruten.

Un alcalde de origen francés

Para terminar dos historias de vidas diferentes, la del alcalde de Arahal, Miguel Ángel Márquez, y la del abogado Francisco Jiménez Maldonado. Ambas cargadas de razones para entender que su trayectoria no tiene nada que ver con la de los anteriores participantes. Dejaron claro que no son héroes, ellos eligieron su camino.

Así fue con el alumnado del centro se enteró de que el alcalde de Arahal nació en Francia y llegó Arahal después de sacar las oposiciones de la carrera de Magisterio que estudió en Málaga, lugar de donde procede su familia. Una familia de emigrantes que, buscando trabajo, se fue primero a Tánger y después a Francia, donde él nació y vivió hasta los 18 años.

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También supieron, que el máximo representante municipal, a los 16 años decidió ser español. Sí, tal como lo contó, porque en Francia a esa edad si procedes de una familia de emigrante te dan la posibilidad de elegir nacionalidad. Miguel Ángel tuvo claro que quería ser español y que acabaría viviendo en este país.

Siempre se ha sentido, contó, “bien acogido en Arahal” y si ha tenido que soportar críticas ha sido por su dedicación a la política, pero nunca de forma personal.

De Arahal a Martil (Marruecos)

Por su parte, Francisco Jiménez Maldonado, hijo de una conocida familia arahalense, decidió hace 20 años irse a Martil, una ciudad marroquí de 40.000 habitantes, para hacerse cargo de la dinamización social del Centro Cultural Lerchundi, llevado por la orden Franciscana.

Jiménez Maldonado dejó claro que fue un camino también elegido y que no se considera para nada un héroe, sobre todo después de vivir en primera línea la experiencia de cientos de personas que han pasado por el centro que dirige, aquellos que llegan en pateras buscando en Europa un futuro que no tienen en sus países.

Esta experiencia de vivir “en zona fronteriza” le ha ayudado a ver que la cultura está ligada a la religión. Y sabe por ejemplo que el “Islam no tiene nada que con lo que cuenta políticos y medios de comunicación, es es una religión de paz y tolerancia que ha vivido una época de esplendor y que ahora tiene una serie de conflictos que deben resolver, pero los europeos no pueden sacar partido del río revuelto».

Los participantes en esta mesa redonda han sido capaces de dejar sobre la mesa un mensaje. Y es que aquellos que sufren una enfermedad, que ven marcados sus destinos por situaciones que no han elegido, o quienes viven en medio de diferentes culturas, aprenden a ser más fuertes y más tolerantes. Algo que desde algunos sectores políticos insisten en poner en duda. Aunque desde este centro educativo arahalense se esfuerzan en dejar claro que si hay algo que derribar son las fronteras.

Periodista. Directora y editora de aionsur.com desde 2012. Corresponsal Campiña y Sierra Sur de ABC y responsable de textos de pitagorasfotos.com

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