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Salud

Etiquetado, ¡claro como el agua!

Jorge Jaldón, dietista/nutricionista.

Seguro que alguna vez te ha pasado como a mí, y te has visto en el supermercado con un bote en la mano y guiñando el ojo para conseguir leer la información en el etiquetado nutricional. Y lo peor es que, después de eso, en muchos casos es casi imposible descifrar lo que eso quiere decir. ¿Esto a quién beneficia? Está claro, ¡al consumidor, no! Pero, en mi opinión, creo que al empresario tampoco. Si tienes un producto bueno, enséñalo. Muestra los beneficios de tu producto y dile al consumidor por qué se va a beneficiar tomándolo.

Muchos podemos simplemente mirar esta información porque nos preocupamos por lo que comemos (o damos de comer a nuestra familia), pero hay otra gente, con alergias o intolerancias, para los cuales un buen etiquetado puede ser vital. ¿No deberíamos, por tanto, exigir como consumidores, que el etiquetado sea legible, sencillo e intuitivo? En esta época en la que la sociedad pide transparencia en todos los ámbitos, deberíamos ser exigentes y pedirla también para productos que tienen un efecto tan directo sobre nuestra salud, ¿no crees? Como mínimo que se pueda leer, digo yo.

Todo esto que estoy pidiendo ya se le ha ocurrido a alguien, claro. Viene recogido en el reglamento (UE) Nº1169/2011 sobre la Información Alimentaria Facilitada al Consumidor, cuya intención fue la de estandarizar la información que se proporciona al consumidor en la Unión Europea. La misión no es otra que proteger al consumidor, facilitándole información nutricional que le sea fácil de entender y útil. Muchos productos ya han aplicado esta normativa, pero en realidad no pasará a ser obligatoria hasta el 13 de diciembre de 2016.

¿Qué entendemos por información nutricional obligatoria?

Nos referimos a su VALOR ENERGÉTICO y a determinados nutrientes, como son: GRASAS (haciendo al menos mención de qué proporción son grasas saturadas), HIDRATOS DE CARBONO (mencionando cuales son azúcares simples), PROTEÍNAS y SAL. El valor energético y la cantidad de nutrientes se deben expresar por 100g ó 100ml de alimento, pero el fabricante podrá expresar esta información también por porciones.

Muchos fabricantes también incluyen cantidades de otros nutrientes, fibra, minerales, vitaminas, cuando estos se encuentren en cantidades significativas con el fin de resaltar las propiedades de su producto. Siempre y cuando se haga de un modo claro y sin ánimo de encubrir otras “virtudes” del producto, no está de más.

Me gusta mucho el modelo británico (ver foto) que además de las exigencias europeas, indica mediante los colores del semáforo si el contenido es alto, medio o bajo y todo en la parte de delante del producto. Básicamente, si alguno de los contenidos es alto, te está diciendo que es un producto de uso ocasional.

Algunas marcas en España están haciéndolo también por iniciativa propia, pero estaría bien que estuviera estandarizado y coordinado por el gobierno. Hay quien dice que los colores pueden inducir a una mala interpretación del etiquetado y estimular el consumo inadecuadamente; gustos como colores… (Seguir leyendo).

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