Comida para todos: Roscón de Reyes sin limitaciones

Pilar M. Labella, experta en Cocina Sin.

He aquí el Roscón de Reyes, tradición de un gran banquete en el cual hay dos sorpresas para los que tengan suerte. En él hay bien ocultas, un haba y una figura; el que lo vaya a cortar hágalo sin travesura. Quien en la boca se encuentre una cosa un tanto dura, a lo peor es el haba, a lo mejor la figura. Si es el haba lo encontrado este postre pagarás, más si ello es la figura, coronado y Rey serás

Esta es la leyenda que encontramos nada más abrir nuestra caja de Roscón de Reyes. 

Según la información que he podido conseguir entre profesionales de la pastelería, blogs y artículos de otros periódicos, he conseguido saber:

El roscón de reyes tiene su origen en el siglo II a.C. con motivo de un festejo pagano en honor a Saturno, que era el dios de las cosechas. A este evento se le llamaba las saturnales, o fiesta de los esclavos.

En estas fiestas se celebraban el final de la época más oscura del año y el principio de una época con más luz, pienso que esto era así porque los días se iban alargando y era tiempo de siembra. Estas fiestas, primitivamente duraban hasta una semana. Y, además se celebraban antes de terminar el año. Esta fiesta se hacía en el Templo de Saturno y en el Foro Romano. Lo más llamativo eran los banquetes que se preparaban, donde no faltaban ricas viandas, y donde participaban personas de todas las clases sociales. Luego con el tiempo hasta había intercambios de regalos.

Algo que no podía faltar en esos banquetes, es lo que hoy conocemos con roscón de reyes. Que ni era un rosco ni era de reyes, pero así es la historia que siempre nos contaron.

Comenzó a elaborarse una torta redonda, a la que añadían higos, dátiles y miel. Se hacía como gratitud por el trabajo bien hecho y se repartían entre todos los trabajadores. Pasado un tiempo, en el siglo III, se le introducía un haba seca, símbolo de la prosperidad. Quien la encontraba era nombrado ‘rey de reyes’ durante un tiempo establecido. Este premio iba dedicado a los esclavos, si tenían la fortuna de encontrar el haba, eran libres mientras se celebraba esta festividad, hay que recordar que era del 17 al 23 de diciembre.

En el siglo IV, la Iglesia convirtió las fiestas paganas en celebraciones cristianas y la historia del roscón de Reyes quedó olvidada, menos en Francia, donde se celebraba Le Roi de Fave (el rey del haba). 

Luis XV dio retomó la tradición del roscón, en su interior escondía una moneda y lo hizo popular entre la corte. Fue su tío Felipe V el que nos enseñó esa tradición en España, como una fiesta popular. Y es aquí, cuando el Roscón de Reyes simboliza fiesta con entrega de los regalos, poniendo el broche final a la Navidad.

De repente, el haba del roscón cambia de significado y se convierte en algo negativo. La moneda que se introducía se cambia por una figurita y el haba se vuelve negativa pues, la persona que la encuentra es la encargada de pagar el roscón. 

Actualmente, tiene haba y figura de rey, además de ir decorado con fruta escarchada de colores. Las piezas de fruta no son más que trozos de fruta teñida, calabaza, melón, cereza y naranjas.  Cuenta la leyenda que esta fruta confitada, representa las gemas y esmeraldas que los Reyes de Oriente llevaban en sus túnicas, y por ser de estos colores rojos y verdes, es por lo que se tinta la fruta.

El roscón de Reyes quizás no venga del Lejano Oriente, pero cada 6 de enero aparece, convirtiéndose en el rey de la festa. El roscón de Reyes, es un bollo navideño, de una forma poco definida porque los hay redondos y ovalados, de diferentes diámetros y alturas. Y, que lleva en su interior, algo más que un muñeco de cerámica o una simple haba. Lo cierto es que existe una larga historia que nada tiene que ver con el cristianismo ni la llegada de los Reyes Magos.

Los primitivos roscones tenían higos, dátiles y miel. Lo que hoy conocemos como roscón de reyes, es un bollo dulce, que principalmente se prepara con harina, levadura, leche, huevos, mantequilla, azúcar, agua de azahar, ralladura de naranja y mucha paciencia. Ahora además de fruta escarchada, almendras o azúcar perlado, están rellenos de nata o crema, mazapán, cabello de ángel, chocolate, o, ¿por qué no ?, salados.

También se cree que, los niños eran los protagonistas y quien encontraba el haba era agasajado con regalos. 

Hoy os traigo dos propuestas deliciosas:

Para los que estéis en Granada, podéis pasaros por El cortijo Sin, un pequeño restaurante 100 % sin gluten ni lactosa. De prestigio reconocido en prensa y televisión. Ubicado en la Calle Pintor Zuloaga 23 (pleno centro de la ciudad) donde además de ser restaurante hacen bollería y panadería a diario. El Roscón de Reyes de El Cortijo Sin es artesano y por eso su producción es limitada. Podéis elegir entre comprarlo con fruta o almendra, y sin relleno o elegir nata o trufa para llenarlos.

Para los que no estáis en Granada ni cerca, siempre os queda la opción de hacerlo en casa, también de forma artesana. Para ello, os traigo la receta artesana de mi amiga Eva, recién llegada desde Berlín. Ella además de esta receta tiene otras muchas en su blog, un blog hecho con mucho cariño y con recetas realmente sabrosas, y fáciles, pero sobre todo sin gluten, claro. El blog de Eva se llama www.glutendence.com 

El acceso directo a este delicioso roscón es https://glutendence.com/el-roscon-de-reyes-sin-gluten-mas-sencillo/

También tenemos esta otra versión sin huevo https://glutendence.com/roscon-de-reyes-sin-gluten-sin-huevo-sin-lactosa/ 

Sea como sea, que nadie se quede sin roscón

Feliz día de Reyes