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Deportes

Rafael López: “El club era una familia que llegó a la élite gracias al grupo humano que había”

 ENTREVISTA PATROCINADA POR CRISTAL PALACE-PÁDEL SPORT

En algo más de un año, el C.V. Arahal celebrará el 30 aniversario de su fundación. Una larga trayectoria deportiva que ha dejado numerosos éxitos para el deporte arahalense. Los equipos inferiores han llenado las vitrinas de continuos campeonatos andaluces y éxitos nacionales y el conjunto senior, ahora en Primera Andaluza, puede presumir de haber llegado a lo más alto de este deporte en España gracias a un grupo de personas que lideraba desde el banquillo Rafael López Antequera.

A. SOLANO

Rafael en el pabellón en el que durante tanto tiempo ha entrenado. Foto: AI

Hablar de voleibol en Arahal significa rápidamente pensar en un lugar (El Ruedo) y en un hombre que ha dedicado parte de su vida a enseñar y a hacer crecer este deporte en la localidad. Y ese es Rafael López Antequera. Maestro de profesión durante 38 años y entrenador de voleibol por devoción casi el mismo tiempo.

Con él al frente, el equipo el C.V. Arahal alcanzó la cota más alta que hasta el momento ha conseguido el deporte local a nivel de equipos: jugar en la élite nacional. Durante 4 años, su equipo compitió en División de Honor (máxima categoría) contra los mejores conjuntos de la nación recorriendo toda España. Rafael, actual presidente de la entidad, recuerda perfectamente todos aquellos viajes y momentos que compartió con un grupo de personas que tenían un mismo interés general: disfrutar con el deporte que les apasionaba. “Si hay algo con lo que me quedo durante estos años es con la satisfacción de haber entrenado a grandes jugadores que han triunfado y de haber disfrutado de muchas vivencias especiales paseando el nombre de Arahal por todo el país con un grupo humano de personas que era una familia. Por ese motivo pudimos llegar a donde llegamos”, manifiesta.

Inicios complicados

Rafael, en la esquina derecha. Foto extraída de C.V. Arahal

Una meta que no fue fácil alcanzar por diferentes razones. El Club Voleibol Arahal (como tal) se fundó el 1 de noviembre de 1985, aunque ya antes, desde 1972, se practicaba este deporte en El Ruedo de la mano de Don Luciano. Para entonces eran las pistas del colegio las que acogían los partidos y entrenamientos, pero a medida  que la entidad fue creciendo y ascendiendo, se requerían instalaciones más adecuadas: “Con los años fueron llegando más éxitos. Subíamos y nuestro objetivo entonces era meternos en categorías nacionales. Pero nos encontramos con el problema de no contar con pistas cubiertas para jugar. Al principio, lo solucionamos acondicionando la nave de La Lais donde hoy está el Parque de Bomberos y después construyendo el pabellón del Ruedo. También llegamos a usar el actual pabellón municipal, que el día de su inauguración tuvieron que abrir las puertas de la cantidad de gente que fue a vernos en un partido de División de Honor”.

Además, a ello se unía la falta de recursos económicos para afrontar competiciones tan importantes: “Estuvimos cuatro años jugando en División de Honor con muchas penas porque no teníamos medios económicos suficientes. Éramos el equipo de la categoría con menos presupuesto. Nadie aquí cobraba un duro a pesar de que competíamos con profesionales o semiprofesionales. De hecho, nosotros tuvimos también extranjeros: el primer año dos búlgaros, después un ucraniano, (el mejor que hemos tenido), y los dos últimos años, otro bosnio. También alguno de Huelva como Martín Lobo… Y aún así, a pesar de las carencias económicas, teníamos un equipo competitivo con gente alta y una generación buena”.

El C.V. Arahal, con los mejores

Equipo de División de Honor de 1993/1994. Foto extraída CV Arahal

Tanto es así, que el primer año en la élite, el acceso a la competición europea se quedó muy cerca: “Tuvimos entrenando con nosotros a jugadores rusos que no nos convencieron. A los dos meses de competición llegaron los búlgaros y el equipo mejoró y consiguió quedar cuarto a un puesto de jugar competición europea”.

Por eso, para Rafael ese año fue el mejor de la historia del club: “a pesar de la falta de dinero, contábamos con la colaboración del Ayuntamiento para poder traernos a estos jugadores extranjeros ofreciéndoles un contrato de monitor deportivo (no pasaba en otros equipos que los mantenían sin contrato). Por ejemplo, Dimitrov, un colocador búlgaro con mucha experiencia y con el que aprendí, estaba conmigo todo el día entrenando a las categorías inferiores. En aquella época, los países del este estaban muy mal y nos podíamos permitir traer a jugadores. Ahora, sin embargo, las cosas están al revés, son los nuestros como Israel los que tienen que salir fuera. Además, al margen del Ayuntamiento, esa temporada teníamos el patrocinio de un club de Golf que nos facilitaba los desplazamientos”.

El CV Arahal, en la élite del deporte nacional. Foto extraída del CV Arahal

Largos pero inolvidables viajes

Unos desplazamientos de punta a punta de la península que la mayoría se hacían en bus: “El avión solo lo utilizábamos para salir a las islas. Normalmente, nos metíamos en un microbús y  para Gijón por ejemplo. O viajábamos con nuestros propios coches. Jugábamos y al día siguiente yo a dar clases y los demás a sus trabajos”.

Un duro sacrificio pero a la vez bonito que, según relata el ex técnico, pudo ser posible porque todos querían sacar esto para adelante sin plantear problemas de dinero o pegas para jugar. El compromiso era fuerte y el voleibol centraba gran parte de la vida de este grupo: “Nadie faltaba a un entrenamiento y muchos querían jugar incluso lloviendo cuando no teníamos el pabellón. También, llegamos a poner los entrenamientos a las 12 de la noche para que la gente pudiera ir a ver a las novias antes y ni aún así se faltaba. Los tíos estaban allí plantados a esa hora como un clavo”.

Algo que ya se ha perdido en el club y en la sociedad en general. Rafael lo nota y, por eso y tal y como están las cosas, ve muy difícil que una etapa como la de entonces se pueda repetir: “Esto ha cambiado como la noche al día. Antes la ilusión era otra y ahora hay más pasotismo general. Para que pudiera volver a repetirse tendría que darse otro grupo especial y circunstancias parecidas a las nuestras. Y hoy día es difícil porque sin dinero no se mueve nada y en España el fútbol y (el baloncesto en menor) medida lo acaparan todo”.

Expectación y repercusión mediática

Artículo de prensa de la década de los 90. Foto extraída CV Arahal

Esa ilusión de la que el míster arahalense habla se vio acrecentada por la expectación y repercusión que el voleibol de la localidad comenzó a adquirir a nivel provincial, autonómico y nacional. Los medios se hacían eco de los partidos del C.V. Arahal con reseñas en todos los diarios deportivos nacionales y también la televisión autonómica llegó a retrasmitir algunos partidos en casa. “Todo ello hizo que ganáramos más fama y prestigio. En el mundo del voleibol nacional nos conocen en toda España tanto a nivel sénior como en categorías inferiores donde hemos obtenido muchos éxitos en Campeonatos de España y Andalucía. Y es que hicimos una labor de base y de cantera fundamental que nos permitió dominar el voleibol de Andalucía durante 15 años”.

Sin embargo, tras cuatro años con los mejores, se desciende a la división de plata, la Liga FEB: “Ya lo habíamos conseguido todo. Cumplimos el objetivo de llegar a lo máximo y por falta de medios y recursos bajamos. En Segunda estuvimos durante muchos años haciendo, además, un buen papel hasta que pasamos a jugar a Primera Andaluza, en la que nos encontramos actualmente. Aquí estamos con una generación buena de muchos juveniles que han hecho que los veteranos se hayan vuelto a enchufar a este deporte como entrenadores o apoyando a sus hijos”. Como en su caso que dejó un cargo para seguir disfrutando con otro.

Del banquillo a la presidencia

Rafael López Antquera dejó el banquillo pero no se desvinculó del C.V. Arahal. Tras su etapa como entrenador durante más de 25 años al frente de los séniors pasó a ocupar el puesto de presidente. Entendió que era momento de dejar paso a otras personas que siguieran adelante con el proyecto. Las circunstancias ya no eran las mismas, ni tampoco la ilusión: “Me he tirado mucho tiempo en este pabellón entrenando desde las 4 a las 12 de la noche sin tener prácticamente fines de semana porque nos tirábamos jugando o llevando a niños por toda la provincia. Ahora, la ilusión es diferente y decidí dar cancha a gente joven que quiera ir participando”.

Rafael, durante la entrevista concedida a Arahal Información. Foto: AI

Toda una vida por tanto dedicada a un deporte, al que llegó gracias a la figura de Don Luciano: “él fue quien me metió el gusanillo. Yo llegué al Ruedo como maestro y el primer año no me pude vincular porque me tuve que ir al Servicio Militar, pero al regresar ya me puse a entrenar con él a equipos femeninos y después a equipos inferiores como el infantil masculino de 1980, primero que llegó a asistir a una fase nacional en Madrid y del que saldría después los primeros séniors.

Y raíz de ahí, éxitos y más éxitos en prácticamente todas las categorías, consecuencia también de su sacrificio y trabajo. Algunos de los que estuvieron a sus órdenes, lo recuerdan como un entrenador “que sabía sacar lo mejor de cada uno, apasionado y exigente”, algo esto último que él mismo no niega: “Nuestra mentalidad era tener un equipo fuerte, con la ilusión de conseguir campeonatos y deportistas de élite. Echábamos muchas horas aquí, sin cobrar un duro y si encima vas por ahí y te barren es que no tienes objetivos ni motivaciones para tirar adelante”.

La competitividad, pues, era una aspecto fundamental en su libreta, algo que confiesa haberse perdido también ahora: “desde un enfoque político, se prima mucho la participación pero se le ha dado de lado el nivel competitivo y yo creo que los niños se hacen deportistas cuando compiten y se esfuerzan para lograr cosas”.

Son ideas que aprecia ahora desde un lugar más tranquilo durante los partidos: desde la grada. Desde allí sigue disfrutando del deporte al que ha dedicado y sigue haciéndolo buena parte de su vida.

Rafael con su equipo. Foto extraída de CV Arahal

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