Convocada una huelga indefinida en Procavi

Marchena

Los trabajadores de la empresa Randstad Project Services SL, subcontrata de la empresa PROCAVI, con sede en Marchena y líder europeo en producción de carne de pavo, han convocado una huelga indefinida que se iniciará el próximo 4 de diciembre.

La medida ha sido decidida este fin de semana en una asamblea de trabajadores, que han decidido, entre otras peticiones, reclamar una subida salarial desde el 1 de octubre de un 30 %, “con retroactividad si la negociación se alarga”, así como reclamar contratos indefinidos del 90% de la plantilla actual.

Han pedido, además, que los los horarios se cambien con un mínimo de 5 días, que si la producción se interrumpe por cualquier motivo, la jornada de trabajo continúe, computándose ese tiempo como horas de trabajo efectivo, así como terminar con el trabajo de un camión siempre que este haya entrado antes los últimos 40 minutos de la jornada laboral.

Otras peticiones pasan por modificar todos los grupos a jornada completa a partir del 1 de noviembre, respetando el derecho a acogerse a jornada reducida, incorporar 20 personas adicionales a partir del 1 de diciembre, un compromiso de subida salarial en el primer semestre del 2018 de un 10 % adicional e incorporar 10 personas adicionales a partir del 1 de abril de 2018.

El comité de empresa iniciará una negociación con la empresa, con la premisa de que “cualquier intento de la empresa de romper la negociación o seguir violentando las condiciones de trabajo, desencadenaría la huelga en un plazo de 10 días”.

Los representantes sindicales aseguran que, en algunos casos, «la ausencia de descansos suficientes y los ritmos extenuantes han causado que algunos compañeros no hayan podido acudir a tiempo al baño, y a los problemas principales se une que las horas extras son obligatorias, no se pagan como dice el convenio, los cambios de jornadas son arbitrarios y continuos y se descuentan salarios por no atender llamadas recibidas con pocas horas de antelación por parte de la empresa».

Por ello, describen el panorama como una «auténtica tortura, que hace que, en lugar de generar satisfacción por tener un puesto de trabajo aquello se viva como un calvario permanente».