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La fosa de La Puebla de Cazalla saca a la luz 77 cuerpos, pero solo dos son identificados

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Sólo dos familias de 77 saben con certeza que en la fosa común del Cementerio de San José de La Puebla de Cazalla estaban enterrados su familiares después de desaparecer durante la Guerra Civil española. Es el resultado de las pruebas de ADN de los restos exhumados por iniciativa de la Asociación de Memoria Histórica “Romance de Juan García” de Lantejuela. Con ellos cierran 16 años de búsquedas y espera y, aunque aseguran que «el olvido de un ser querido es imposible, su ADN, con identificación positiva o no, vive y continúa viviendo en cada uno de nosotros”.

Un 2,63 % del total

Los resultados concluyentes de las 76 pruebas óseas tomadas de los 77 cuerpos exhumados de la fosa situada en la zona civil del Cementerio Municipal “San José” de La Puebla de Cazalla (Sevilla), indican que solo dos han podido ser identificadas con familias del lugar. Esto supone solo un 2,63 % de identificación positiva.

Según un comunicado de la Asociación de Memoria Histórica “Romance de Juan García” de Lantejuela, antes de llegar el informe de la Junta de Andalucía, el viceconsejero de Cultura, Alejandro Romero, ha informado de los resultados del análisis del ADN de los restos exhumados de esta fosa común.

Se refiere concretamente a los restos de 77 cuerpos exhumados de la fosa situada en la zona civil del Cementerio Municipal “San José” de La Puebla de Cazalla y de su estudio comparativo con las muestras de ADN de las 30 familias personadas en la búsqueda de sus familiares desaparecidos y enterrados en el lugar. Una fosa con 43 metros cuadrados y 5 de profundidad que había sido una vieja cantera de extracción de áridos usadas por los fascistas desde julio de 1936 hasta febrero de 1937.

Proceso largo y complejo

La Asociación espera ahora los informes del laboratorio para dar por concluido el proceso de exhumación e identificación más largo y complejo de la Recuperación de la Memoria Histórica. Fueron pioneros, ya que comenzaron con este proceso hace 16 años, antes incluso de existir la Ley de Memoria Histórica de 2007 por lo que tuvieron una amplia visibilidad en los medios de comunicación.

Se termina el proceso con la entrega a las familias de los dos identificados, y el funeral y entierro de todos ellos, 62 hombres, 8 mujeres, 2 neonatos y 5 adultos sin determinar, con edades comprendidas entre los 17 y 60 años. En los próximos días les darán sepultura en el mausoleo que se erige dentro del monumento que el Ayuntamiento ha construido justo en el espacio que albergaba a la fosa.

La última fase del proceso da cumplimiento en su totalidad al Manifiesto del 14 de febrero de 2006, base de dicha Asociación, y que fue firmado en Lantejuela por las familias entonces presentes. El acuerdo exigió la limpieza del lugar, los trabajos de localización y señalización, la intervención y la exhumación e identificación de las víctimas allí halladas, la entrega a sus familias y el entierro digno.

Esfuerzo titánico y mucho dolor

En el comunicado, la Asociación expresa su “dolor” por los resultados obtenidos, que se suma al de las familias por “la desaparición de un ser querido, que ha sido prolongado por tantos años de excavaciones y de burocracias”. Para ello el esfuerzo de los familiares de la fosa de La Puebla de Cazalla “ha sido titánico, y el desgaste evidente, ante unas administraciones y un Estado que actuaron a remolque de las familias, resistiéndose en los principios a abandonar el silencio como práctica cómoda y asentada y negándose a quitar con valentía el viejo velo ante crímenes de lesa humanidad”.

Para los componentes de esta asociación, la experiencia de años luchando en este enterramiento ilegal, ha estado llena de “silencio y a las mentiras de décadas, se les ha añadido todo un engranaje económico en torno a las fosas y de intereses políticos, los de todos, los partidos de izquierdas y los de derechas, que nada hicieron antes y que nada tienen que ver con la verdad, la justicia y la reparación que piden las familias que son la columna vertebral del movimiento de Recuperación de la Memoria Histórica”.

En este sentido valoran “los escuálidos resultados obtenidos”, sólo un 2,63 % de identificación positiva, después del intento fallido en 2012 en el laboratorio de Bollullos de la Mitación, “son fruto de los 83 años transcurridos desde el desastre humano, y de ellos, los 43 años de democracia que se perdieron entre las “conciencias”, las culpas y los miedos, resultando haber sido cruciales para hacer justicia y deshacer el dolor de las fosas, los años inmediatamente posteriores a la muerte de Franco, porque existían los testigos vivos, tanto enterradores, como verdugos”.

Fosa del horror

Por esta razón, exponen que los años transcurridos han provocado “irremediablemente que no existan apenas testigos directos” y “las versiones orales dispersan las localizaciones exactas, porque se ha construido encima”. Por tanto, los resultados han dependido principalmente del análisis de los huesos de donde ha sido “demasiado difícil, en la mayoría de los casos imposible, obtener el colágeno suficiente que contenga las proteínas necesarias para una identificación”.

Para terminar indican que “la fosa, horror y ejemplo de una dura arqueología de la violencia y de la verdad, ya no está”. A su vez apunta que se quedan “conformes, pero con la herida eternamente abierta”. Y es así porque para ellos “el olvido de un ser querido es imposible. Su ADN, con identificación positiva o no, vive y continúa viviendo en cada uno de nosotros”.

[coviran]