La aventura solidaria de un joven de Jerez para pedalear contra la fibrosis quística

Carmen González/Fermín Cabanillas – Arahal – 

Queda gente buena en el mundo. Es la principal conclusión que se saca al conocer a Juan Miera Otero, un joven vecino de Jerez de la Frontera de 27 años de edad que desde esta semana recorre carreteras y caminos con una bicicleta plegable con la que quiere llegar a Roma a principios del próximo mes de octubre.

Lo hace con una motivación: llamar la atención sobre la fibrosis quística, una enfermedad genética que afecta a órganos tan importantes como los pulmones, el páncreas o el hígado. Los pulmones son el punto débil. En ellos se acumula un exceso de mucosa muy pegajosa que provoca inflamación, infección y colonización de bacterias -es decir, que una vez que aparecen es muy difícil poder hacerla desaparecer-.

Lo explica en la web del proyecto (www.2plega2.com), donde da detalles de todo lo que se puede hacer para echarle una mano tanto a él como en su reto como a las personas que sufren la enfermedad, y que, en algunos casos, dependen de un trasplante para poder seguir adelante en su día a día.

Un apoyo llamado Paz

Sus pedales tienen un apoyo y una motivación, los de Paz Bononato, una chica que sufre esta enfermedad, diagnosticada nada más nacer, «y desde entonces he luchado – o hemos-, ya que mi familia ha sufrido igual esta enfermedad- por sobrevivir y respirar cada día. Soy socióloga de base y una enamorada de la comunicación. He trabajado como ejecutiva de cuentas, organizando eventos y bodas, llevando la comunicación de empresas o de administrativa ¡Que no se diga! Este año me he sacado el titulo de instructora de yoga, deporte -o estilo de vida- que practico desde hace muchos años», explica ella en la misma web.

Y por el camino ha ido encontrando otros apoyos para pedalear, como el de Adeli Gago (en la foto junto a él), una joven de Arahal que también está pendiente de un trasplante. Ella explica mientras habla con AION SUR sin poder apagar su móvil, porque en cualquier momento la pueden llamar desde el hospital Reina Sofía de Córdoba, donde está en «lista de espera activa» para recibir los dos pulmones que le garanticen salir adelante.

«Todo es improvisado»

Juan marcha solo y «a la aventura», en un «viaje improvisado» que esta semana le lleva por la provincia de Sevilla y le obliga a sobreponerse a las altas temperaturas que se registran estos días en el valle del Guadalquivir, y todo porque pretende establecer «un paralelismo» con el sufrimiento de los enfermos de fibrosis quística, que viven en una permanente «incertidumbre» ante la evolución de su patología.

Meira partió del centro de Jerez, acompañado por un grupo de familiares y amigos que quisieron arroparle en la primera etapa de este camino, que le llevó hasta Utrera.

Allí fue recibido por el padre de un enfermo de fibrosis quística, que estaba «muy concienciado» con la problemática de estas personas y le invitó a pasar la noche en su propio domicilio.

De momento, las satisfacciones superan con creces a las penalidades del camino en bicicleta y de hecho el momento «más duro» que ha vivido hasta ahora Juan Meira fue el que aconteció ayer en Utrera cuando debió despedirse de su padre.

El viaje está siendo «muy especial», ya que está permitiendo a este joven comprobar que su iniciativa ha calado entre la gente, que ya le anima por su nombre e incluso aminora la velocidad de sus vehículos para compartir su experiencia.

Juan Meira viaja solo y no lleva «ni botiquín», aunque sí se ha provisto de «una tienda de campaña» y «bolsas de agua» para asearse, mientras que todo lo demás lo va improvisando durante la ruta, aunque el joven está comprobando que «realmente hace falta muy poco para vivir».

Entre Barcelona y Roma sí contará con la compañía de un amigo, Juan, al que conoció hace tiempo haciendo el Camino de Santiago y al que considera «como un hermano». Para eso le falta todavía un buen trecho. De momento, esta aventura solidaria no ha hecho más que empezar.