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Cultura

El Señor de Arahal pasa de atado a la columna a cargar con el madero, en una noche templada de primavera

Cristo de la Misericordia.

A. SOLANO/C. GONZÁLEZ

Fotos: Claudio RAMÍREZ

Tres días con pocos tramos de respiro, sobre todo los dos últimos, Jueves  y Viernes Santo. La Semana Santa 2015 en Arahal ha sido plena, desde que comenzó el Domingo Ramos el tiempo ha acompañado, incluso durante las noches. En ocasiones, el calor ha hecho desfallecer a algunos participantes de las procesiones. De nuevo la belleza de las imágenes se sumó a los atardeceres de estos días de principios de primavera en los que el azahar abre para inundar sin compasión los rincones de cada calle.

La Piedad y Cristo del Amor.

Los/as arahalenses esperaban con ganas la llegada de la Semana Santa que se ha celebrado a caballo entre dos meses, marzo y abril. En esta tierra hasta las vísperas se viven con intensidad y así comenzaron a vivirlas el Viernes de Dolores con los besamanos y besapies y la subida de imágenes a sus pasos.

Después del Domingo de Ramos, y ya el Miércoles Santo, la Hermandad de la Veracruz puso su paso en la calle puntual, a las 10 de la noche. En silencio, sólo de vez en cuando el Trío Musical Gólgota interpretaba una composición.

El paso aparecía con la talla recién terminada del frontal y parte trasera y el público lo acogía a veces con intentos frustrados de aplausos, que esta Hermandad de silencio no acepta. La imagen de La Piedad iba hermosa acogiendo en sus brazos a un Cristo del Amor con las llagas y señales de la tortura y muerte.  Era la primera noche de disfrute para quienes tenían por delante dos días plenos.

A las siete de la tarde se abría el Jueves Santo la Iglesia del Santo Cristo. La primera bulla de la Semana Santa de Arahal era un hecho. En la Plaza del mismo nombre no cabía nadie más, ni escalones arriba ni abajo. Sólo una vez al año se repite esta imagen, captada no sólo en la salida, sino cuando las imágenes bajan por Juan Leonardo. Unos 700 nazarenos/as en la calle, nuevo recorrido que incluía calle Iglesias, María Luisa, Pozo Dulce y un tramo de la calle Carmona. Más disfrute para ciudadanos y Hermandad.

De nuevo más de 150 mujeres alumbrando al Señor de Arahal y la Agrupación Musical Santa María Magdalena detrás, con un repertorio de marchas que subían hasta el cielo para deleitar a quienes desde allí observaban, un año más. Después de una semana de vértigo tocando por una parte de Andalucía, los músicos estaban intentando que, a pesar de la larga fila de mujeres que alumbraban por promesas, sus marchas llegaran hasta los 24 costaleros del paso Cristo.

 

Virgen de los Dolores.

 

Atado a la columna, el Señor de Arahal fue recorriendo calles y templos. Marchas como Costaleros, Dios de la Esperanza, Alma de Dios, Cerca de ti, Señor, entre otras, sonaron por Doctor Gamero, IV Conde de Ureña, Victoria, Corredera, Veracruz, Iglesias… Fue una noche primaveral y el público sólo quería escuchar una y otra vez a la Santa María, una levantá detrás de otra, por un costalero que se retiraba, por familiares fallecidos, por Arahal, primero el Cristo, detrás, la Virgen de los Dolores que iba rodeada de rosas rosas, alelíes y azahar.

De los momentos más emocionante, el paso de la Virgen por San Roque donde una levantá a pulso consiguió erizar la piel al público que se concentraba en la plaza. Y las entradas y salidas por esa pequeña puerta del templo, labor que parece cada año imposible y que los costaleros consiguen de rodillas (en el paso del Cristo) y sentados (en el paso de la Virgen).

 

 

Cuando todavía los pétalos que tiraron desde una azotea a la Virgen de la Misericordia estaban en el suelo, la parroquia Santa María Magdalena abría las puertas para dar paso a la siguiente cofradía, la de la Hermandad de Jesús Nazareno. Casi mil nazarenos/as salieron a la calle cuando todavía no había amanecido, a las 5 de la mañana. Segundo año del cambio horario y 135 papeletas de sitio más que amplia poco a poco el cuerpo de nazarenos que se había visto resentido durante los últimos años. Antes de salir, los costaleros se reúnen con el capataz y los contraguías, en los salones de la parroquias, cada año mensajes de aliento, entrega de cuadros conmemorativos y lágrimas de hombres emocionados por la experiencia que van a volver a vivir.

Entre los costaleros vuelve a estar el entrenador de fútbol Manolo Jiménez que no hay kilómetros ni contrato que lo separen de su Virgen de los Dolores el Viernes Santo arahalense. Es como una promesa y su Hermandad lo espera para que cumpla con sus turnos durante la Madrugá y hasta que la Virgen no entra de nuevo en el templo.

La noche templada ha propiciado que el público siguiera las imágenes a lo largo de todo el recorrido. Al nazareno le amaneció en la calle Victoria mientras la Virgen iba por Doctor Gamero. Parece mentira que cada año, las vecinas de esta calle abran las puertas de su casa de par en par para ver pasar la procesión y que su aliento divino entre en los portales y se queda por un año.

Hubo momentos estelares siempre seguidos por las marchas de la Banda Nazareno Arahal, hermanos que quisieron formarse en Banda de Cornetas y Tambores para tocarle a su Cristo. Ya consolidados, eligen las marchas para sitios claves, para emocionar a un público que empieza a entregarse cuando el paso va por la iglesia de Victoria y culmina en la zona del bar, hasta llegar a la misma entrada.

 

 

De nuevo se dieron imágenes curiosas, inauditas, en distintos puntos del recorrido. Por ejemplo, la que publica Arahal Información en Facebook que recoge a la Virgen de los Dolores saliendo de la calle San Pedro, mientras al fondo se ve a Jesús Nazareno casi entrando en la calle Madre de Dios. O el instante en el que el capataz del Cristo recordó a los cuatro miembros de la familia de Rafael de Bal fallecida en el incendio de una vivienda el pasado mes de noviembre, a pocos metros de la iglesia de la Victoria. Una levantá en su honor que los costaleros llevaron hasta el cielo.

Jesús Nazareno y la Virgen de los Dolores se encerraron una vez más arropados por una bulla de hermanos ante las imágenes que parece reventar cuando empieza la calle Iglesias y se estrecha el recorrido, y nunca pasa nada. Últimas saetas en esta calle, pocos metros ya y el calor había llegado a los 20 grados, cerca de la una de la tarde. A esa hora, algunas familias llevaban durante los últimos metros a sus pequeños monaguillos o monaguillas de la mano para dar el último paseo en una estación de penitencia que completa su recorrido un año sin amenaza de lluvia.

A los costaleros durante los últimos metros les tuvieron que levantar el faldón de terciopelo porque literalmente se asfixiaban por el calor, no sólo de esta primavera soberbia que ha acompañado a los días santos, sino por la concentración de gente en la Plaza de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Las dimensiones del gentío se podían imaginar pero no era certera hasta ver la imagen desde una cornisa de la Parroquia donde llevaba montado un rato el fotógrafo arahalense, Francisco José Granado.

La Madrugá había terminado. Los músicos de la Santa María Magdalena pudieron ver al Nazareno de Arahal antes de salir para Paradas, donde a las 10 de la mañana comenzaban a tocarle a otro Nazareno. Y de vuelta, una ducha, y de nuevo a la puerta de la Parroquia donde, en pocas horas, volvía a salir el Cristo de la Esperanza.

Periodista. Directora y editora de aionsur.com desde 2012. Corresponsal Campiña y Sierra Sur de ABC y responsable de textos de pitagorasfotos.com

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