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Comienza la recogida de la naranja agria en Arahal que busca cada temporada el mercado europeo

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El agricultor Joaquín Pérez Vera recoge unos 9.000 kilos diarios que se dedicarán a zumo, pólvora, mermelada o detergente, pero también para consumo en países como Inglaterra

C. GONZÁLEZ

GALERíA DE FOTOS

Amanece en la finca de La Mata. En media hora la cuadrilla de Joaquín Pérez Vera comenzará con la recogida de naranjas. La mayoría irá para Inglaterra para consumo o se emplearán para fabricar mermelada, pólvora, zumo o detergente de limpieza.

Uno nueve mil kilos de naranjas diarios recoge esta cuadrilla de Arahal. Trabajan para una empresa familiar, la de Joaquín Pérez Vera, que lleva toda la vida explotando esta tierra. “Mi abuela era la que cuidaba a la hija de los dueños del cortijo (La Mata) y mi abuelo ya trabajaba las tierras, después mi padre, yo y ahora mis hijos”.

Su hijo Joaquín Pérez Oliva es el que carga el producto, maneja el tractor y hace las gestiones que necesite la cuadrilla. Son unas dos semanas de trabajo. El cargamento va directo a la cooperativa CANLA (Cooperativa Agrícola Naranjera Los Alcores S.C.A.) situada en El Viso del Alcor, de la que son socios fundadores desde 1966. Hoy es una empresa que dispone de fábrica de pulpas (desde 1983), fábrica de zumos (2001), nueva línea de patadas (2002). Nació con 20 socios, pero ya son más de 400, todos productores.

La finca de La Mata tiene unas 40 hectáreas, principalmente de olivar y naranjo con un cortijo en ellas que actualmente se encuentra en un mal estado de conservación. Joaquín Pérez ha conseguido recuperar con paciencia, tesón y mucho trabajo la mayor parte de las tierras, en los últimos años está replantando nuevos naranjos, 270 en 2013 y unos 300 en 2012. “Es una tierra estupenda para este árbol, no tanto para el olivar”, cuenta aunque también hay bastante olivos.

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El campo es mi vida

Joaquín Pérez, tiene 59 años, en la actualidad, después de pasar por una enfermedad, no trabaja, aunque no puede evitar dar una vuelta por el tajo. “Esta es mi vida, es lo que siempre he hecho y sólo ver el aspecto de los naranjos me da fuerzas”, cuenta.  Pero no sólo planta naranjos, también pimientos para rellenar aceitunas o maíz. Y, como entretenimiento, tiene en un lado un pequeño huerto que cuida a ratos. Lo dicho, ver crecer el producto, le da vida.

La mayor parte de los trabajos, sobre todo ahora con la crisis, los realiza la familia, excepto en épocas de recolección o limpia. La cuadrilla de la naranja está formada por 10 trabajadores, aunque puede llegar a tener el doble. Este año la naranja no se “alicata” es decir, no se corta con la tijera para cogerla del árbol, se tira de ella. Al cortarla se deja un trozo de rabo para que no se seque. Es una naranja para consumo, por raro que parezca ya que tiene un sabor agrio. Y se consume especialmente en países nórdicos, en ensaladas por ejemplo.

El proceso de recolección cuando se “alicata” es más lento pero también la naranja se paga más. Este año está a 12 céntimos el kilo, si fuese “alicatada” el precio es más del doble, 30 céntimos. “También hay que tener en cuenta que la recogida es más lenta cuando hay que cortarla pero reconozco que el margen de beneficios es mayor”, dice Joaquín Pérez.

Naranja sin «alicatar»

Este año se ha recogido sin alicatar porque la naranja tiene “callos”. Se trata de un especie de señal o heridas que presenta la cáscara, consecuencias de las inclemencias del tiempo, uno de los hándicap del campo. “En mayo hubo vientos de solano y sufrió la naranja” explica Joaquín Pérez (padre). Al estar dañada por fuera, no presenta buen aspecto para la venta en los mercados europeos, por lo que tendrá otros destinos.

“Cuando llega a la cooperativa se pela en cuatro trozos la cáscara, y cada parte se utiliza con un fin, se aprovecha todo, la cáscara se envasa para hacer mermelada, con la naranja se hace zumo y la pulpa sirve para alimentar el ganado”, cuenta este agricultor. Hay otra finca en Arahal donde también se recoge naranjas en estas dos semanas, la Huerta del Rosario.

Cada día un camión con unos 9.000 kilos sale dirección El Viso y puede terminar siendo parte del desayuno de cualquier vecino de Castle Combe, considerado como uno de los pueblos más bonito de Inglaterra.

Joaquín Pérez sigue andando entre naranjo cuando Arahal Información vuelve al pueblo, en busca de otra historia. Sabe que este trabajo, del que ya es casi espectador, es una forma de vida. Porque ve crecer cada año los frutos, pendiente de su cuidado, como haría con un hijo. Joaquín Pérez Oliva (hijo) sigue sus pasos, maneja el tractor desde que era pequeño y sabe que el campo es presente y futuro, a pesar de las dificultades.

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Periodista. Directora y editora de aionsur.com desde 2012. Corresponsal Campiña y Sierra Sur de ABC y responsable de textos de pitagorasfotos.com

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