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Salud

Baby Led Weaning

Jorge Jaldón, dietista/nutricionista.

A todos los padres nos preocupa que nuestros hijos crezcan sanos, por lo que una de nuestras mayores inquietudes es: saber qué les damos de comer, si es lo que necesita a su edad, si lo estamos haciendo bien o mal… y a veces, puede resultar más estresante de lo necesario.

Sobre todo, estas dudas vienen cuando eres primerizo. Tú estás intentando adaptarte a la nueva situación en casa, a dormir menos, a no disponer de tu tiempo como antes… y encima tienes a tu cuñado diciéndote: «lo mejor es que los niños tomen un buen biberón con cereales a la hora de dormir, así no se despiertan a mitad de noche»; o a tu vecina: «No es bueno que le des aguacate tan pequeño» … Y tu piensa: «¡¿me queréis dejar en paz?!»

Y bien, como habrás descubierto ya… hay mil maneras de hacer esto; cada maestrillo tiene su librillo, y una receta no vale para todo. Desde LHS no queremos ser los pesados que te vienen con ‘la lección definitiva’. Pero sí nos gustaría aclarar alguna de tus dudas.

Seguro que ya has oído hablar de baby led weaning (BLW) en más de una ocasión. Esto que, al utilizar el nombre inglés, parece algo muy novedoso o raro, es, sin embargo, de lo más normal del mundo. Si no me crees, déjame que te cuente de que va y pregúntale a tu madre, ya verás que ella ya lo hacía en su época sin necesidad de darle un nombre raro.

 ¿Qué es BLW y cuáles son las ventajas?

Baby led weaning en español es algo así como destete guiado por el bebé. Es decir, dejar que el bebé vaya tomando consciencia, A SU RITMO, de los distintos sabores y texturas propios de cada alimento e intentar transmitir. Se le ofrecen alimentos hervidos que no contengan partes duras y de forma alargada y un tamaño suficientemente grande para que lo pueda agarrar.

Se trata de ‘no forzar la máquina’ y hacerle comer lo que nosotros pensamos que tiene que comer, sino ofrecerle distintos alimentos y dejarle que experimente y se familiarice con ellos a la vez que el control oral va madurando.

Esto trae consigo ventajas que acompañarán a tu hijo el resto de su vida. Estas son algunas:

  1. Respeta las señales de saciedad y permite que el bebé sea quien decida cuándo ha comido suficiente. En una alimentación adecuada no se come de menos, pero tampoco de más. Recuerda que se trata alimentación complementaria y la leche seguirá siendo su principal alimento durante unos cuantos meses más.
  1. Ayuda a familiarizarse con distintos sabores y texturas. ¿Te imaginas lo aburrida que sería tu comida si todo supiera siempre igual y siempre tuviera consistencia de papillas? Ojo, no estoy diciendo que los alimentos presentados en forma de papilla o puré sena incompatibles con esto. Sin embargo, es importante despertar en los niños interés por probar alimentos nuevos y con características distintas. Se ha comprobado que cuanto más tarde se introducen alimentos semisólidos, más difícil es conseguir que luego se coma ‘de todo’. Lo ideal es empezar antes de los 9 meses.
  1. El bebé aprende a comer solo poco a poco y desarrolla la coordinación ojo-mano-boca y su habilidad para masticar y deglutir distintas texturas.
  1. La comida es un rato que se disfruta en familia. El hecho de que todos nos sentemos juntos a la mesa y estemos comiendo ‘lo mismo’ (con pequeños matices) genera un entorno ideal para compartir y aprender.

 ¿Cuándo se empieza con semisólidos? (seguir leyendo)

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