Sevilla
Torreblanca: la lucha solidaria por recuperar su churrería
Torreblanca: la lucha solidaria por recuperar su churrería
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Hace cinco años, Jesús Navarro y Esperanza Chamizo, un matrimonio del barrio sevillana de Torreblanca, pusieron en marcha una churrería que se ha convertido en parte del patrimonio de sus vecinos, hasta tal punto que el incendio que la destruyó el pasado martes se ha convertido en una impresionante muestra de solidaridad.
Ante un local que huele a humo todavía, los dos se emocionan al contar cómo es su vida desde que a las siete y media de la mañana una freidora comenzó a arder, y en menos de media hora todo estaba arrasado por las llamas: “mi teléfono no para de recibir llamadas de gente que nos quiere ayudar, es impresionante”.
Una chispa
Todo comenzó con una chispa que Jesús detectó en la freidora, lo que le hizo coger rápidamente el extintor, que no funcionó, y cuando pidió uno en el bar de al lado ya era tarde, y en pocos minutos todo estaba arrasado por las llamas.
“Mi preocupación era sacar las bombonas, porque al lado hay locales y arriba hay gente viviendo”, explica, mientras recuerda la mala suerte de que el seguro de su negocio le cumplió durante el confinamiento, y renovarlo no fue entonces una prioridad, sino que tenía previsto hacerlo a mediados de agosto.
Pérdidas por 25.000 euros
La situación que se encontraron la mañana del martes era desoladora: un negocio arrasado, pérdidas por unos 25.000 euros, y ningún seguro que les cubriese el destrozo, y la única solución la planteó la cuñada de Jesús, que publicó en sus redes sociales un mensaje con la cuenta corriente de la empresa pidiendo que ayudase cualquier persona que pudiese.
El resto, ha venido solo: “Es impresionante lo que estamos viviendo. Los maestros del instituto y el colegio del barrio han donado dinero, una empresa de cubas nos ha dado una para tirar lo inservible sin que nos cueste dinero, una empresa de pinturas y una asociación de vecinos nos van a dar la pintura, e incluso han venido ancianos con cinco o diez euros en la mano y nos han pedido que lo cojamos, que no pueden dar otra cosa pero nos quieren ayudar”. Recuerdan que incluso gente de El Coronil, un pueblo situado a 47 kilómetros de su churrería que les han donado dinero.
El culmen de la ayuda llegaba este miércoles, cuando se presentaba en la churrería César Aragón, el gerente de la empresa ‘Churrosur’, especialista, entre otras cosas, en maquinaria relacionada con este negocio, donándole dos fogones, una dosificada automática, una manual, 50 kilos de chocolate, 300 de harina y 100 litros de aceite.
Una ayuda importante
El valor económico de todo lo donado es difícil calcularlo. Sólo cada fogón cuesta 2.050 euros, con lo que es fácil hacerse una idea de la ayuda que ha prestado este empresario a Jesús y Esperanza.
Jesús no sabe cómo va a agradecer toda la ayuda que está teniendo. Sí tiene claro claro que el día que levante la persiana de nuevo invitará a churros a todo el que quiera. Es la única forma que tiene de agradecer lo que está viviendo en medio del peor episodio de su vida. Si no pasa nada, en algo más de un mes volverán a abrir las puertas de su negocio.
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