Animales

Lobos en la zona rural de Llanoverde en Arahal

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Durante los días de confinamiento, se han visto por ciudades y pueblos de España, como animales salvajes bajaban de sus hábitats habituales para ocupar espacios urbanos. A medida de que las calles se han quedado vacías de gente, y los espacios urbanos o habitados aparecían desiertos, limpios y silenciosos, varias especies de animales han dejado imágenes inauditas.

Cabras montesas en Morón

En el pueblo vecino de Morón de la Frontera, las cabras montesas han bajado de la Sierra para campar a sus anchas por tejados y calles ante el asombro de los ciudadanos que desde los balcones o coches les hacían foto. Lo mismo está pasando estos días en la zona rural de Llanoverde, en el municipio de Arahal.

Los vecinos que viven todo el año en estas zonas rurales están viendo estos días un lobo que se deja incluso fotografiar. Dicen que posiblemente haya bajado de la misma Sierra de Morón de la Frontera buscando nuevos espacios ante el silencio de calles, polígonos industriales y la reducción considerable del tráfico por caminos y carretera.

Cabras montesas bajan de la Sierra de Morón de la Frontera a tejados y calles de la ciudad.

Los vecinos los ven cruzando camino o por los olivares donde se adentran como si exploraran nuevos ecosistemas. Para el biólogo Carlos Lobato, «está siendo increíble para la fauna nuestro confinamiento». Esto supone para el profesor «una lección que tenemos que sacar de esta crisis. A ver si después no hacemos como si nada».

No se veían desde hace 20 años

Para el profesor de Ciencias, Francisco Muñoz, es inesperado porque «tenía entendido que desde hace casi 20 años no se han visto lobos por la sierra, pero eso no quita que haya alguna familia». Por la imagen el animal está bien alimentado. El profesor explica que «lo último que yo sé es que la pequeña población que había en la sierra de Morón se le hizo un estudio genético y tenían muchos genes de perro«.

Sobre la imagen puede haber diferentes especulaciones, pero lo cierto es que la retirada del ser humano de espacios naturales que hizo suyos, los ha hecho volver y, recolonizar zonas que no pisaba desde hace años.

Y no sólo la fauna sale a escena con un protagonismo que hasta ahora no tenía, sino que la vegetación busca huecos para inundar las aceras de las calles en las que se ha reducido el tráfico de vehículos y personas a mínimos insospechados hace dos meses.