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Sociedad

La mala costumbre de la procrastinación

La procrastinación es la tendencia de aplazar una actividad importante por otra no tan relevante y que resulta, a su vez satisfactoria para la persona practicante.

¿Cómo podemos identificar este mal hábito? 

Imagina que te despiertas en la mañana 6 de la mañana y tienes 1 hora, 30 minutos para cumplir con tu listado de cepillado, baño, vestimenta y salida de casa.

Pero antes de cumplir con ese listado… estás cómodo en la cama, así que decides quedarte acostado 20 minutos más. 

Al levantarte, chequeas por 15 minutos tu teléfono por si hay «un mensaje importante».

Luego revisas 10 minutos más cuál playlist puedes colocar y vas a la cocina por un café, que se transforma en 25 minutos de reposo.

Cuando observas el reloj, solo tienes 20 minutos para cumplir con tu listado.

Así se puede interpretar la procrastinación.

Esas pequeñas e importantes desviaciones de nuestra rutina que termina en culpa o lamentos debido al incumpliento de una tarea. Por ello es esencial poder identificar los factores o patrones que se realizan al momento de «distraerse», al identificarlos es posible ser consciente y cambiarlos.

Tener como hábito la procrastinación puede alejarte de tus mejores triunfos. E inclusive, puede hacerte reincidir en depresión o ansiedad. 

Puede hacerte cuestionar hasta tus mejores decisiones, si es la carrera correcta o si eres la persona ideal para ti mismo. 

Este artículo es dedicado al significado de procrastinar y también a quienes día a día lo viven.

¿Cómo se siente una persona que vive la procrastinación?

Si la persona está consciente de que en su vida procrastina, siente como si un remolino le absorbiera, en circulos, hacia abajo. Aún cuando hace lo que cree posible para abandonar el procrastinamiento, sin una estrategia efectiva para sí mismo, reincide.

Si la persona no está consciente de que en su vida procrastina, tiende a creer que el 

tiempo nunca le es suficiente, que tiene muchas cosas encima como para poder hacerlas o tiende a evitar actividades que le potencian pero les da miedo no poder hacerlas en el tiempo específico.

Este artículo, más allá de buscarle la solución, son líneas para desarrollar la empatía en el interior.

Ese amigo o familiar que está cruzando ese camino, se siente solo y a veces que no es capaz de lograrlo. En vez de reclamarle una y otra vez porqué lo hace, otorguemos palabras que potencien su ser, donde él pueda escuchar cuánta capacidad tiene para cambiar sus hábitos.

Estas líneas es para que suavicemos nuestras palabras internamente y lo que digamos en el exterior sea capaz de multiplicar y motivar a quien lo recibe.

La persona que procrastina está en un debate con su disciplina, valor, autoestima y su deseo de salir adelante. Desea tanto como tú dar ese paso a su nuevo estilo de vida que lo acercará a sus metas, sueños y maravillas de la vida. 

¿Y tú? ¿Cómo ayudarás a quien procrastina? 

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