La campaña del girasol tendrá menos hectáreas, con Sevilla a la cabeza de la producción

Fermín Cabanillas/Sevilla

La campaña del girasol en Andalucía incidirá este año de nuevo en la reducción de hectáreas que la ha protagonizado en los últimos años, tras perderse en 2017 un total de 8.465 hectáreas, con lo que la superficie pasó de las 240.641 de 2016, con la preocupación del sector por la influencia que las altas temperaturas pueden tener en el cultivo ya florecido.

Así lo ha explicado el responsable de cultivos herbáceos en Coag-Andalucía, Ramón García, que ha detallado que las plantaciones de este producto en las ocho provincias andaluzas han sufrido una progresiva disminución en las dos últimas campañas, pasando de las 265.000 hectáreas sembradas en 2015 a las 240.641 del año pasado, para quedarse este año en 232.176.

Una tendencia que, a falta de conocer los números exactos, “se mantendrá este año”, entre otras cosas, porque la superficie de leguminosas está subiendo, sobre todo las plantaciones garbanzos, además de que los precios no son los que se desean”, indicando también que “el año pasado la campaña coincide con golpes de calor, hubo menos producción y menos aceite por kilo de producto cosechado”.

A nivel nacional, García ha dicho que “se ha apreciado más capacidad para molturar aceite, pero los precios no son atractivos”, subrayando que la provincia de Sevilla vuelve a ser este año la líder andaluza en producción, con la esperanza de que la lluvia caída este invierno beneficie al sector, “porque la raíz del girasol es pivotante, y busca agua a mucha profundidad”.

Ha confiado, además, en que no se produzcan “tantos días de golpe de calor como el año pasado, porque son cultivos “que aguantan bien tres o cuatro días de calor, pero le afectan las altas temperaturas muchos días seguidos”, de modo que confía en que haya temperaturas suaves durante la recogida a partir de junio.