Salud
La Basílica del Gran Poder, primer templo cardioasegurado de Sevilla
El Centro de Emergencias sanitarais 061, perteneciente al Servicio Andaluz de Salud de la Consejería de Salud y Consumo, ha concedido la distinción de `zona cardioasegurada´ a la Basílica de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder, primer templo que recibe este reconocimiento en Sevilla.
La delegada de Salud y Consumo, Regina Serrano, ha sido la encargada de hacer entrega de esta distinción al Hermano Mayor de la Hermandad, Ignacio Soro, en un acto que se ha celebrado en la Casa Hermandad del Gran Poder y que ha contado con la presencia del director provincial del Centro de Emergencias Sanitarias 061, José María Villadiego.
El personal del templo, donde las autoridades han descubierto la placa que acredita a esta Basílica como zona cardioasegurada, está capacitado para actuar de forma inmediata en caso de presenciar una parada cardiorrespiratoria, sumando sinergias a la posterior asistencia por parte de los equipos de emergencias sanitarias, con los objetivos de disminuir la mortalidad y secuelas a través de una excelente actuación inicial. Un total de 18 personas, entre miembros de la Junta de Gobierno de la hermandad y personal responsable de la gestión del templo han recibido formación en soporte vital básico y en el uso del desfibrilador automatizado de mano de profesionales del 061 de Sevilla.
La Basílica de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder cumple así con los requisitos en materia formativa y dotación de desfibriladores externos automatizados. El Centro de Emergencias Sanitarias es el encargado de la gestión y registro de las organizaciones que disponen del certificado de ‘Zona cardioasegurada’, que constata que dichas instituciones han formado a sus profesionales y han ubicado desfibriladores en sus instalaciones, en el número y los lugares adecuados, según lo establecido en la Orden de 4 de junio de 2013 (BOJA 113/2013).
Cada año, en España se producen en torno a 25.000 paradas cardiacas extra hospitalarias al año. Esta patología afecta a una población con una edad media en torno a los 60 años y, en muchos casos, es la primera manifestación de una enfermedad cardiaca silente hasta ese momento. La supervivencia de muchas de las víctimas depende de que se apliquen las técnicas básicas de reanimación cardiopulmonar en los primeros 3 o 4 minutos, lo que puede aumentar las posibilidades de supervivencia en más del 50% de los afectados.
RCP telefónica
La consejería de Salud y Consumo dispone en los centros del 061 de un protocolo de atención telefónica ante una situación de sospecha de parada cardiaca, gracias al cual los testigos presenciales inician las maniobras básicas de reanimación cardiopulmonar mientras acuden los equipos de emergencias al lugar del suceso, siguiendo las instrucciones que se les facilitan desde la sala de coordinación de forma ininterrumpida hasta la llegada de los sanitarios. La RCP telefónica se convirtió en una recomendación internacional en el año 2015 y ayuda a personas que no tienen formación previa a ponerla en práctica de la forma más precoz posible mientras llegan los servicios de emergencias sanitarias.
Ante una situación de sospecha de parada cardiorrespiratoria, desde el centro del 061 se anima y se explica de manera sencilla a los alertantes como realizar estas maniobras básicas mientras que llega la ayuda, dado que está demostrado que intentar aplicar estas técnicas a pesar de no tener conocimientos previos en primeros auxilios, ayuda a muchos pacientes.
Cadena de supervivencia
Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en el mundo occidental y, entre ellas, ocupa un lugar destacado la muerte súbita cardiaca que suele ocurrir, de manera mayoritaria, fuera del entorno hospitalario. La correcta atención a la parada cardiorrespiratoria consiste en la aplicación precoz de una serie de acciones conocidas como cadena de supervivencia que incluye, por este orden, el reconocimiento de la situación y activación del sistema de emergencias sanitarias, el inicio inmediato de las maniobras de soporte vital básico, la desfibrilación eléctrica precoz y la rápida instauración de las técnicas de soporte vital avanzado.
Los cinco minutos posteriores a una parada cardiorrespiratoria son claves para el afectado y por ello es fundamental que la persona que tiene el contacto inicial actúe de forma inmediata alertando a los equipos de emergencias sanitarias y aplicando entre tanto técnicas de reanimación básicas, como la ventilación boca a boca y el masaje cardiaco externo. La disponibilidad de un equipo de desfibrilación eléctrica precoz, que puede ser utilizado por personal ajeno a la profesión sanitaria con la realización de un curso básico de entrenamiento, añade el recurso más eficaz para restablecer el ritmo cardiaco viable y reducir al máximo el riesgo de muerte.
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