Cultura
El director de orquesta Andrés Salado toca el corazón de la DANA desde Sevilla de la mano de Ayuda en Acción
El director de orquesta, Andrés Salado, vuelve al atril del Teatro de la Maestranza el próximo 9 de noviembre para dirigir a la Orquesta Sinfónica Juvenil de Costa Rica en un concierto solidario por la DANA organizado por Ayuda en Acción y en colaboración con la Junta de Andalucía y la RTVA.
El concierto se celebra tan solo dos semanas después del aniversario de la DANA, con el objetivo de recaudar fondos y reforzar su proyecto educativo en Valencia, donde atiende a más de 400 estudiantes de las zonas más afectadas por la DANA.
Para los conciertos que la orquesta costarricense ofrecerá el sábado 8 en el Auditorio Nacional de Madrid y el domingo 9 en el Teatro Maestranza, Salado ha elegido un programa con el que llegar directamente al corazón del público gracias a la fuerza de la música latina. ‘Arenal 1968’, del compositor Alejandro Acuña, es el reflejo de la tragedia que desencadenó el volcán Arenal en Alajuela, Costa Rica, con tres ciudades devastadas y más de un centenar de muertos. “Una obra épica, intensa, que habla de humanismo, resiliencia y adaptación y que desarrolla la realidad social de Costa Rica a través de su música”, explica el maestro.
La primera parte se cerrará con ‘Cuatro Elementos’, de Bernardo Quesada, representando los cuatro elementos fundamentales de la naturaleza; tierra, fuego, aire y agua. Sones típicos de la música tica: marimbas, palos latinos, boleros y valses criollos. “Un concierto bellísimo, precioso”, resume. Y en la segunda parte, en una especie de maridaje entre Europa y América Latina, ‘Cuadros de una exposición’ de Modest Mussorgsky que tiene uno de los finales más épicos e impresionantes del sinfonismo mundial. “Me parece un programa muy bonito para regalárselo al público”, afirma.
“Hace falta mucha pedagogía”
Salado no cree que el mundo de 2025 sea mucho peor o más complejo y difícil que el de 50 años atrás, ni siquiera el de 21 siglos atrás. “No lo entiendo muy bien, parece que necesitemos matarnos, odiarnos, enfrentarnos constantemente”, reflexiona en voz alta. “No estamos aprovechando el poder de la música, y es muy grande. Mozart, Beethoven, Haydn Mahler, Tchaikovsky nunca van a pasar de moda por mucho que nos empeñemos en que pasen, se seguirán escuchando. Son bálsamos para la vida”, sostiene.
El director titular de la Orquesta Nacional de Costa Rica y también de la Orquesta Sinfónica del Vallès en Barcelona se declara convencido de la necesidad de atraer nuevos públicos a la música clásica. “Hace falta mucha pedagogía”, comenta.
“La música ayuda a superar un cáncer”
De Costa Rica proceden los 80 músicos que conforman la orquesta que, tras los conciertos de Madrid y Sevilla, continuarán una gira por España. El director asegura que su talento va a sorprender. “Costa Rica no está situada en el mapa y es el momento de empezar a situarla porque hay grandísimos talentos en ese país”, afirma orgulloso.
Salado no concibe una orquesta sin compromiso social. “No. Es imposible -contesta rotundo-. Debería ser anticonstitucional. Es verdad que hay muchas orquestas que están trabajando mucho eso, pero creo que hay que ser todavía más, debería haber mucho compromiso social, destinarse mucha más energía a acercarse a otros lugares en todos los estratos. Una orquesta sinfónica debería dedicar mucho más tiempo a otro tipo de proyectos que se acerquen a todos los estratos de la sociedad. Hace falta otro tipo de compromiso, más compromiso social de las orquestas, y desde dentro se ve como algo menor”, comenta.
Desde hace dos años y medio el maestro lucha contra un linfoma al que se ha adaptado, aunque condiciona ya toda su vida a fuerza de tratamientos periódicos severos y de más trabajo. Porque la música -sostiene Salado-, también ayuda a superar un cáncer. “Sí, absolutamente sí. Categóricamente sí. Y mayúsculamente sí. La música ayuda a cosas que no somos capaces ni de entender. Genera una oxitocina, una endorfina, en el desarrollo de un proceso hormonal que nos hace levantarnos de la silla y olvidar la enfermedad y nos hacen agarrar energía cuando no la tenemos. Y esa energía se mantiene como si fuera un buen poso durante tiempo después del concierto. Luego vuelves a bajar, pero te eleva, te genera adrenalina y te hace olvidarte de muchas cosas. Entonces para mí, junto a mi madre, ha sido mi gran medicina”.
Embajador de Ayuda en Acción
En su condición de embajador global de Ayuda en Acción, el músico madrileño ha visitado en distintas ocasiones los proyectos puestos en marcha por la Organización para mitigar el impacto de la DANA en la infancia y juventud más vulnerable de las poblaciones más afectadas. Y agota el repertorio de elogios hacia la organización internacional. “He aprendido que hay gente en la vida que todavía merece la pena, que trabaja con una vocación enorme hacia los demás, que escucha, que abre los ojos. En Ayuda en Acción son ángeles, gente que dedica todo su esfuerzo, su vida y su profesión, a estar con los demás. Me sorprende su implicación, no miran la hora para terminar”, explica.
“Un director de orquesta se tiene que acercar a lo más divino que tiene esta profesión que es la humanidad y no puede olvidar nunca a las personas que han sido referentes que le han acompañado -termina diciendo-. Y parece que cuanto más alto subes, más te deshumanizas. Y los grandes genios de la historia son los que han sido más humildes, las personas que realmente han luchado porque la música sea una herramienta social, de paz, humana. Y Ayuda en Acción tiene humanismo por todos los lados, lo he vivido, son gente que se desviven por estar contigo, por escucharte, te respetan, te acompañan, te tratan con un cuidado exquisito y creo que necesitamos mucha más gente así en el mundo. Por todo ello, me siento tremendamente honrado de ser su embajador y ser parte de ellos”.
Las entradas para los Conciertos Solidarios por los jóvenes afectados por la DANA, del 9 de noviembre en el Teatro de la Maestranza y del día 8 en el Auditorio Nacional de Madrid se pueden adquirir a través de la web de Ayuda en Acción o de Ticketmaster a partir de 9 euros. Y la fila 0 para donativos a través de la cuenta solidaria ES50 2100 5731 7702 0037 2187.
La educación como prioridad
Cuando hace un año la DANA azotó a Valencia, la organización internacional incrementó sus mecanismos de acompañamiento para atender las necesidades educativas inmediatas, apoyando a más de 400 estudiantes de cinco centros situados en las zonas más afectadas (Aldaia, Alfafar, Alaquàs, Castellar y Picanya), incluido un centro destinado a estudiantes desplazados por la catástrofe. A través de talleres de apoyo, entrega de tablets e itinerarios personalizados, el programa ha reducido el riesgo de que muchos jóvenes afectados interrumpieran sus estudios y, en paralelo, ha fortalecido su motivación mediante el acompañamiento en la vuelta a las aulas.
Dentro del programa, se ha trabajado simultáneamente con 27 grupos de estudiantes de Secundaria y Formación Profesional, así como con 2 grupos con alta tasa de abandono escolar y 3 grupos de jóvenes desplazados. Además, se ha reforzado la atención individualizada y actividades grupales que fomentan el aprendizaje colaborativo y personalizado. El programa también incluye becas, apoyo para las mejoras en infraestructuras dañadas y fortalecimiento de los equipos de orientación. Asimismo, se han impulsado alianzas con el sector empresarial local para generar oportunidades formativas y laborales que faciliten la transición de los jóvenes al mercado laboral, con un enfoque especial en los estudiantes de Formación Profesional.
“El miedo que teníamos era que las ayudas fueran algo muy momentáneo -admite Esther Bernabéu, vicedirectora del IES 25 D’Abril de Alfafar, Valencia. Hace un año estábamos todo el día en la televisión, pero pensaba: ‘Cuando no estemos, ¿quién se va a acordar?’. Por eso valoramos muchísimo el apoyo que nos ha brindado Ayuda en Acción al seguir con nosotros a lo largo de este año, con el firme compromiso de mantenerse y seguir avanzando con nosotros dos años más a través de su programa”.
Pasado un año de la catástrofe, los daños materiales y las secuelas socioemocionales continúan evidenciando la fragilidad del sistema educativo ante fenómenos climáticos extremos. Frente a estos escenarios, Ayuda en Acción destaca la importancia de brindar un acompañamiento constante a los centros educativos, asegurando que ningún estudiante vea vulnerado su derecho a la educación en futuras catástrofes. En situaciones de emergencia, las escuelas desempeñan un papel aún más crucial, ya que no solo están configuradas como espacios de aprendizaje, sino también como refugios seguros donde niñas y niños encuentran estabilidad y apoyo emocional.
“Garantizar que todos los jóvenes tengan acceso a una educación gratuita, inclusiva y de calidad implica promover un compromiso continuado de gobiernos y comunidad internacional, fortaleciendo la inversión y la atención a la educación en situaciones de emergencia dentro de las políticas de desarrollo”, afirma el delegado de Ayuda en Acción en Andalucía, José Manuel Román.
En España, Ayuda en Acción trabaja de manera estrecha con comunidades educativas para sensibilizar sobre la importancia de la educación como un derecho humano y un pilar del desarrollo sostenible.
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