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Sociedad

Cómo estar preparado y disponer de agua potable en casa si las restricciones por la sequía aumentan

El agua es un recurso vital para la vida humana y el medio ambiente, pero cada vez está más amenazado por el cambio climático, la sobreexplotación y la contaminación. La sequía es uno de los fenómenos más graves que afectan a la disponibilidad y calidad del agua, y que puede tener consecuencias negativas para la salud, la agricultura, la economía y la sociedad.

Por eso, es importante estar preparados y adoptar medidas para almacenar y disponer de agua potable en casa si las restricciones por la sequía aumentan.

¿Qué es el agua potable y por qué es importante?

El agua potable es aquella que se puede consumir sin riesgo para la salud, ya que cumple con unos estándares de calidad que garantizan que no contiene microorganismos, sustancias químicas o físicas nocivas. El agua potable es esencial para la hidratación, la alimentación, la higiene y la prevención de enfermedades. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el acceso al agua potable es un derecho humano básico y una condición para el desarrollo sostenible.

Sin embargo, no todo el mundo tiene acceso al agua potable, y menos aún en situaciones de sequía. La sequía se produce cuando hay una escasez prolongada de precipitaciones que afecta a la cantidad y calidad del agua disponible. La sequía puede provocar restricciones en el suministro de agua, como cortes, racionamientos o limitaciones en el uso. Estas medidas pueden afectar a la población, especialmente a los sectores más vulnerables, como los niños, los ancianos, las personas con enfermedades crónicas o las que viven en zonas rurales o marginales.

¿Cómo almacenar agua potable en casa?

Una forma de hacer frente a las restricciones por la sequía es almacenar agua potable en casa, para tener una reserva en caso de emergencia. Sin embargo, no se trata de acumular agua sin más, sino de hacerlo de forma segura y eficiente, siguiendo unas pautas básicas:

  • Elegir los recipientes adecuados. Lo más recomendable es usar envases de plástico apto para uso alimentario con la marca “HDPE” o con un símbolo de reciclaje, que son seguros y resistentes. También se pueden usar los plásticos LDPE y PP, o el acero inoxidable. No se deben usar envases que hayan contenido sustancias químicas, como plaguicidas, detergentes o aceites, ni envases de vidrio, que se pueden romper. Los recipientes deben tener una boca estrecha, para evitar la contaminación, y una tapa hermética, para evitar fugas. Un buen ejemplo es este depósito de 1000 litros apto para almacenaje de agua que nos proponen desde la empresa Zetatrades.
  • Lavar y desinfectar los recipientes. Antes de llenarlos, los recipientes deben lavarse con agua y jabón, y luego desinfectarse con una solución de lejía (5 ml de lejía por cada litro de agua). Después, se deben enjuagar con agua limpia y dejar secar al aire.
  • Llenar los recipientes con agua potable. Se puede usar el agua del grifo, siempre que sea potable, o el agua embotellada, siempre que esté certificada por alguna entidad reguladora, como la Asociación Internacional de Agua Embotellada (IBWA), la Fundación Nacional de Saneamiento (NSF) o Underwriters Laboratories (UL). No se debe usar el agua de lluvia, de ríos, de lagos o de pozos, a menos que se haya purificado previamente.
  • Etiquetar y almacenar los recipientes. Se debe poner una etiqueta en cada recipiente con la fecha de llenado y la fecha de caducidad, que suele ser de seis meses. Los recipientes se deben almacenar en un lugar fresco, seco y oscuro, alejado de la luz solar, el calor y las sustancias químicas. Se debe evitar poner los recipientes sobre el suelo o cerca de animales. Se debe revisar periódicamente el estado de los recipientes y reemplazar el agua que se haya deteriorado o consumido.

¿Cómo disponer de agua potable en casa?

Otra forma de hacer frente a las restricciones por la sequía es disponer de agua potable en casa, es decir, usar el agua de forma racional y eficiente, para evitar el derroche y el desperdicio. Para ello, se pueden seguir estas recomendaciones:

  • Reducir el consumo de agua. Se debe adoptar una actitud responsable y consciente con el uso del agua, y evitar los hábitos que supongan un gasto innecesario. Por ejemplo, se puede cerrar el grifo mientras se cepilla los dientes, se afeita o se enjabona, se puede duchar en lugar de bañarse, se puede usar el lavavajillas y la lavadora solo cuando estén llenos, se puede regar las plantas por la noche o con sistemas de goteo, se puede reutilizar el agua de la cocina o de la lavadora para otros fines, como limpiar el suelo o el coche, etc.
  • Reparar las fugas y averías. Se debe revisar periódicamente las instalaciones de agua de la casa, y reparar cualquier fuga o avería que se detecte, por pequeña que sea. Un grifo que gotea puede desperdiciar hasta 30 litros de agua al día, y una cisterna que pierde agua puede desperdiciar hasta 200 litros al día. Se puede usar un medidor de agua para controlar el consumo y detectar posibles fugas.
  • Instalar dispositivos de ahorro de agua. Se puede mejorar la eficiencia del uso del agua instalando dispositivos que reduzcan el caudal o la presión del agua, como aireadores, perlizadores, reductores o reguladores de presión. También se pueden usar dispositivos que permitan aprovechar mejor el agua, como sistemas de doble descarga en las cisternas, sistemas de recirculación de agua caliente, sistemas de recolección de agua de lluvia, etc. Estos dispositivos pueden suponer un ahorro de hasta el 50% del consumo de agua.

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