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Sociedad

¿Qué colchón escoger para el dolor de espalda? Un análisis científico de las opciones disponibles

El dolor de espalda es un problema de salud que afecta a millones de personas en todo el mundo. En este contexto, la elección del colchón adecuado puede convertirse en una decisión crucial a medio y largo plazo que determine la evolución de esta patología y su sintomatología. Sin embargo, hay una pregunta que no siempre es fácil de responder: ¿es mejor un colchón firme o blando?

En realidad, no existe una solución única sobre si un colchón firme o blando es mejor para el dolor de espalda, ya que esto depende en gran medida de las preferencias individuales y las necesidades específicas de cada usuario. En este sentido los colchones personalizables se posicionan como la mejor alternativa. No obstante, para responder a la pregunta, podríamos decir que una buena opción debe brindar un soporte adecuado para la columna vertebral y permitir que el cuerpo se recupere durante la noche. Además, una buena almohada también desempeña un papel crucial al mantener la columna alineada durante el sueño. A continuación, analizaremos dos estudios científicos que arrojan luz sobre esta cuestión. ¡Toma nota!

Estudio de The Lancet (2003)

En 2003, un estudio publicado en la prestigiosa revista médica The Lancet involucró a 313 adultos que padecían dolor de espalda crónico. El estudio encontró que los pacientes que durmieron en un colchón de firmeza media experimentaron menos dolor de espalda en la cama, menos dolor al dormir y menos dolor de espalda en general en comparación con aquellos que durmieron en un colchón firme. Esto sugiere que un colchón de firmeza media podría ser una mejor opción para algunas personas con dolor de espalda en lugar de uno firme.

Estudio de Dinamarca (2008)

Un estudio realizado por investigadores del Centro de Investigación de la Espalda en Dinamarca en 2008 evaluó a personas con dolor crónico que probaron tres opciones diferentes: una cama de agua, espuma viscoelástica y un colchón duro. Los resultados mostraron que tanto la cama de agua como la espuma viscoelástica superaron al colchón firme en términos de alivio del dolor.

Este estudio, no obstante, no pudo concluir que un tipo de colchón con unas características definidas, fuese la fórmula perfecta para todos los usuarios. Como vemos, en cualquier caso, la adaptabilidad del colchón y las preferencias individuales siguen siendo factores clave en la elección del colchón para el dolor de espalda.

Cuestión de firmeza

La firmeza del colchón es un tema subjetivo y depende en gran medida de las preferencias individuales. Sin embargo, hay algunas pautas generales a considerar. Un cuerpo más pesado generalmente necesitará un colchón más firme para obtener un mejor apoyo. Al mismo tiempo, demasiada firmeza puede ejercer presión en ciertas áreas del cuerpo, mientras que un colchón demasiado blando puede hacer que el cuerpo se hunda y dificultar los movimientos durante el sueño.

¿Cuál es el mejor colchón?

No hay un colchón ideal para el dolor de espalda, y los datos científicos sobre este tema son limitados. Si bien las investigaciones mencionadas anteriormente arrojan algo de luz sobre el tema, no proporcionan una respuesta definitiva.

Es importante destacar que no es necesario gastar grandes sumas de dinero en un colchón «especial» y costoso. A menudo, un colchón nuevo con la firmeza adecuada puede marcar la diferencia y proporcionar el alivio necesario.

Un buen colchón nuevo

Un colchón nuevo tiene el potencial de aliviar el dolor de espalda, aunque no se sabe con certeza cuánto tiempo durará esta mejora a largo plazo. Por lo general, se recomienda reemplazar un colchón cada 8 a 10 años debido a la pérdida de firmeza y soporte que se produce de forma natural con el paso del tiempo.

Al elegir un colchón nuevo, es fundamental que no compres sin probarlo en la tienda. Acuéstate en diferentes posiciones para asegurarte de que te sientas cómodo y que el colchón se adapte a tus necesidades. Además, verifica la adaptabilidad del colchón a tu cuerpo; la mano debe pasar con cierta facilidad entre la zona lumbar y el colchón.

Negociar un período de prueba largo con el vendedor es una estrategia inteligente, ya que te permite cambiar el colchón si no resulta adecuado para tus necesidades. Un buen colchón debe mantener tu cuerpo alineado y no debe doblar ni torcer tu cuello. Recuerda que la firmeza no siempre se correlaciona con el soporte corporal, por lo que la adaptabilidad es clave en la elección.

En definitiva, si bien la investigación científica ofrece algunas pautas útiles, no existe un colchón único que funcione para todos. La clave está en probar diferentes opciones, prestar atención a la adaptabilidad y mantener un equilibrio entre firmeza y comodidad.

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